[:en]La Salvadoreña is a highlight of the Vinton Business District thanks to the determination of Blanca Tenorio[:es]La Salvadoreña sobresale en el Distrito de Negocios de Vinton gracias a la tenacidad de Blanca Tenorio[:]

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[:en]Blanca Tenorio remembers when she arrived from El Salvador like it was yesterday way back on January 2006: “I was studying engineering at the Universidad Nacional de San Miguel, but my whole family was already here, so I started to feel lonely.”

When she arrived in the United States, Tenorio began to work at restaurants because her relatives own three: “One day I thought ‘I won’t be a waitress my whole life,’ so I began to fight to have something of my own.”

By chasing that dream, four years ago the young curly haired woman with light-colored eyes bought La Salvadoreña restaurant: “I had started as an entrepreneur with my store Blanca’s Boutique where I sold perfumes and clothing, but this one was a big challenge.” With the support of her mother who takes care of her kids, a five-year-old boy and a two-year-old girl, Tenorio opens her fine establishment every day and offers food and dishes from her country, as well as from Honduras and Mexico. “If clients let me know in advance, I can also prepare some dishes from Guatemala.”

Her husband, who works in the construction business, takes care of purchasing most of the ingredients, while Tenorio, with the help of four women who include her sister and niece, tend to diners – most of which are from Central America: “We have specials on every day. For example, on Mondays and Thursdays we have pupusas from El Salvador which cost only a dollar, and on Tuesdays, we have baleada from Honduras. Wednesdays we have several types of Mexican tacos.”

Along with having a menu with affordable prices, Tenorio works hard so that each of its specialties is reflected in its unique home-style flavor: “I love to make caldos, especially with seafood. I can make a seafood tapado from Honduras, which is similar to a dish from El Salvador, or a siete mares caldo from Mexico, with a lot of chile, of course.”

On top of seafood based dishes, empanadas, cakes and fried banana with cream and cheese with fried beans from El Salvador are some of the favorite dishes that Latino families order at La Salvadoreña: “I even make pupusas with rice flour which are very good and that not many people know about.”

Tenorio, always more than happy to share her incomparable seasoning, is thrilled about the important renovations for her restaurant. “Vinton Street is not as popular as 24th Street, but nowadays there are many businesses from 20th to 13th St, so there’s a lot of support. Thanks to Marta Sonia (Londoño, MLCDC) and Mabel (Alarcon, Microbusinesses Program at Catholic Charities) a project I presented has been approved, and we got a grant for it, so it is only a matter of time before we can get started and work on making the restaurant even prettier.”

And even though it is not easy being an entrepreneur when you’re a mother and wife, Tenorio is not one to give up. “Every day is a victory.”[:es]Como si fuera ayer, Blanca Tenorio recordó que llegó a Omaha procedente de El Salvador un 25 de enero del 2006: “Yo estudiaba el primer año de ingeniería en la Universidad Nacional de San Miguel, pero toda mi familia ya estaba acá y de pronto me sentí muy sola”.

Al llegar a Estados Unidos, Tenorio comenzó a trabajar en restaurantes porque sus familiares eran propietarios de tres de los más reconocidos: “Pero un día pensé, ‘no toda la vida voy a ser mesera’, así que voy a luchar para llegar a tener algo propio”.

Persiguiendo ése sueño, hace cuatro años la joven de ojos claros y cabello rizado adquirió el restaurante La Salvadoreña: “Yo ya había iniciado una carrera de negocios con mi tienda Blanca’s Boutique, donde vendía perfumería y ropa, pero esto fue un gran reto”.

Apoyada por su madre quien cuida de sus pequeños, un niño de cinco años y una nena de dos, Tenorio abre todos los días su establecimiento ofreciendo la comida típica de su país, de Honduras y México: “Y si los clientes me avisan con tiempo, también puedo preparar comida guatemalteca”.

Su esposo, quien labora en construcción, se encarga de comprar la mayoría de los ingredientes, en tanto que Tenorio, con la ayuda de otras cuatro mujeres, entre ellas su propia hermana y su sobrina, atienden a los comensales que son su mayoría, centroamericanos: “Todos los días tenemos especiales. Por ejemplo, los lunes y los jueves las tradicionales pupusas salvadoreñas cuestan un dólar, los martes la baleada que es un platillo hondureño y los miércoles los tacos mexicanos de diferentes variedades”.

A parte de los precios accesibles de su menú, Tenorio se esmera para que cada una de sus especialidades refleje un sabor casero exquisito: “Me encanta preparar los caldos, sobre todo de mariscos. Yo lo mismo cocino un rico tapado de mariscos que es famoso en Honduras, que una mariscada que es muy conocida en El Salvador o un caldo siete mares de México, con mucho chile, por supuesto”.

Además de los platillos del mar, las empanadas, los pastelitos y unos plátanos fritos con crema y queso salvadoreños acompañados de frijoles refritos, son algunas otras de las delicias que las familias hispanas más ordenan en La Salvadoreña: “Incluso preparo las pupusas de harina de arroz que son exquisitas y no todos conocen”.

Feliz de compartir su incomparable sazón, Tenorio actualmente está muy orgullosa porque llevará a cabo reformas importantes en su restaurante: “La calle Vinton no es tan popular como la calle 24 pero ya habemos muchos negocios desde las calles 20 hasta la calle 13, así que ahora hay muchas ideas para apoyarnos. Gracias a Marta Sonia (Londoño, MLCDC) y a Mabel (Alarcón, Programa de Micronegocios, Catholic Charities) ya está aprobado un proyecto que presenté y nos dieron un grant así que ahora es cuestión de empezarlo a trabajar para poner más bonito mi negocio”.

Y aunque ser empresaria no es sencillo cuando se es madre, y esposa a la vez, Tenorio no se rinde: “Porque cada día es una victoria”.[:]

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