Competitividad y logística en América Latina

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La competitividad y logística en América Latina suponen importantes retos de inversión, mejora de infraestructuras y perfeccionamiento de sistemas, tanto en el presente como en el futuro más inmediato.

Sin una buena planificación y servicio de logística, cualquier cadena de suministro queda incompleta e ineficiente. La logística es fundamental en la satisfacción del cliente, en el abaratamiento de costes empresariales y en la calidad de todo el proceso que rodea al producto. Sin embargo, en América Latina todavía arrastran diferentes problemas que vamos a relataros a continuación.

Los diferentes retos y objetivos que deben marcarse las regiones latinoamericanas para conseguir unas estructuras logísticas dinámicas. Por ejemplo, trasladar un contenedor en América Latina tiene un coste entre tres a ocho veces mayor que en otras regiones del mundo, en especial en Asia, donde las potentísimas infraestructura logísticas hacen de esa zona del mundo una de las de mayor crecimiento por su facilidad de interconexión. Otro caso curioso es este dato también aportado por la directiva: resulta más sencillo enviar tomates desde Costa Rica a San José, California, que a Managua en Nicaragua, todo esto estando California hasta 10 veces más lejos.

Las importantes y costosas inversiones que existen en materia logística, como la ampliación del canal de Panamá o la reconfiguración de diversos puertos y construcción de aeropuertos y terminales intermodales. Sin embargo, la conectividad entre países todavía es deficiente y requiere de inversión, mejoras estructurales y formación.

Los problemas a los que se enfrenta la logística en América Latina son los problemas regulatorios, la homologación de los procedimientos y los procesos aparatosos en las aduanas, que impiden la mejora del flujo de mercancías. En muchas ocasiones estas trabas burocráticas en las zonas limítrofes atrasan demasiado la cadena de suministro, obligando a la carga a permanecer mucho tiempo en las aduanas debido a una larga lista de revisiones y certificaciones para poder seguir adelante. Sin ir más lejos y comparándolo con la potencia de los gigantes asiáticos, ¿sabías que en Hong Kong un contenedor tarda en promedio de dos a seis horas en salir de aduana, y por el contrario, en cualquier país de América Latina hablamos el promedio oscila entre tres y seis días? Por lo tanto, los objetivos pasan por solventar este conflicto y acortar paulatinamente la brecha competitiva que separa la región hispanoamericana de la asiática o la europea.

La principal propuesta seria la creación de una ventanilla aduanal única para la región, que cuenta con pequeños precedentes recientes como la firma de la unión aduanera celebrada entre Honduras y Guatemala. La homologación es el camino para gestionar los recursos y acortar límites. Por supuesto, este camino debe unirse a la implementación tecnológica, relegando progresivamente los formatos de papel y abogando por los certificados electrónicos, las mejoras de maquinaria y software y la inyección presupuestaria en transportes que faciliten un traslado fluido de bienes entre sus naciones.

Desarrollo logístico intermedio en América Latina
Los expertos categorizan el desarrollo de la logística en América Latina como intermedio, gracias a los progresos conseguidos en las últimas décadas. Felipe Manchón, consultor para el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), participó en la Conferencia Anual de Ejecutivos 2015 de Panamá, presentando un interesante estudio sobre la situación logística en ocho países latinoamericanos. Precisamente en esta cumbre de análisis de nuevas estrategias se habló de la brecha citada anteriormente entre la logística en América Latina y el extremo Oriente, todavía más abierta debido a la innovación tecnológica de los gigantes asiáticos. Felipe Manchón definió el continente sudamericano como “un archipiélago de islas autistas, en el que cada país mira la logística en sí mismo, con poco interés en conectarse con los vecinos” y demandó una mayor presencia por parte de los corredores supranacionales.

Entre las diversas naciones que conforman América Latina, también existen diferencias apuntadas por el experto: México está relativamente bien conectado con Estados Unidos, pero muy mal con Mesoamérica, y sólo en el cono sur hay algunos ejes entre Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, con una red de corredores viales medianamente constituida, mientras que el resto de América Latina está muy desarticulada desde el punto de vista terrestre. Por otra parte, señaló como excepción el aprovechamiento logístico de los ríos en la hidrovía Paraná-Paraguay subrayando que, en general, este recurso fluvial está infrautilizado en términos logísticos si lo comparaba con Estados Unidos o Europa.

Otra de las diferencias entre nuestro Viejo Continente y el desarrollo logístico intermedio latinoamericano es la menor densidad de población de este último, lo que impide el aumento de la construcción de nuevos canales. Muchos ríos precisan mejoras de infraestructura, así como los puertos, pero también es fundamental que mejoren los procesos que dirigen tráfico hacia los operadores logísticos, así como apoyos internos a los puertos con mayor capacidad logística.

El Estudio Perfil Logístico de América Latina analiza que salvo Panamá y México, América Latina y el Caribe obtiene baja puntuación en los indicadores de conectividad y desempeño, en comparación con las economías líderes mundiales, haciendo hincapié en que, de todo el continente, únicamente México se acerca a los valores del sudeste asiático y que Panamá se destaca por su papel de “hub global”.

Brecha logística en América Latina
Como hemos visto, la mejora de la competitividad pasa por reducir la brecha logística que separa América Latina de Extremo Oriente, Estados Unidos o las grandes potencias europeas. Para ello es importante fortalecer las capacidades de la región, lograr un mejor desempeño logístico, eficiencia en el transporte de los bienes desde su lugar de producción hasta el consumidor final, -lo cual impulsaría el comercio nacional e internacional al mejorar la conectividad-, disminuir los costes de transacción y permitir una mayor integración al comercio internacional. Esto tendría estupendas consecuencias, desde un aumento de las exportaciones, una mayor diversificación de los productos y los socios comerciales, a una mejor incorporación en las Cadenas Globales de Valor (CGVs), que incluiría a las pequeñas y medianas empresas.

No hay que olvidar los avances constatados en los últimos años, a pesar de que aún así América Latina continúe presentando rezagos importantes en el desempeño logístico en comparación con los países OCDE y otras economías emergentes. Esto tiene su origen en la falta de un marco regulatorio adecuado para el proceso de producción, transporte, almacenamiento y distribución, que compromete el potencial de crecimiento y competitividad de la región. Otra de las consecuencias principales de la carencia de políticas de infraestructura y una red de comunicaciones y transporte eficiente es el bajo nivel de integración: si atendemos a las estadísticas, sólo 27% del comercio es interregional, en comparación con la Unión Europea y Asia, 63% y 52% respectivamente. Se estima un cálculo que dice que una disminución de un 10% en los costes logísticos incrementaría las importaciones bilaterales de América Latina y el Caribe en un 45% y las importaciones intrarregionales en un 60%.

El comercio es el área que más se resiente de la inoperancia logística en América Latina, a causa de la falta de infraestructura El mayor retraso en infraestructura se observa en el sector de transporte, principalmente en carreteras, manteniendo estándares por debajo de los países de ingreso medio. La inadecuada selección del transporte comodal en América Latina incrementa los costes logísticos y reduce la competitividad e inserción internacional. Con el fin de reducir el alto déficit regional en logística, América Latina tiene que optar por adoptar una serie de políticas públicas que engloben soluciones de corto, medio y largo plazo. Si bien la infraestructura de transporte constituye el principal factor que explica el bajo rendimiento logístico, algunas soluciones conjuntas pueden mejorar el sector: en el corto plazo, es necesario implementar en paralelo políticas activas que permitan mejorar el transporte de bienes y servicios con la infraestructura existente, ligadas a una política de logística integrada, la provisión de servicios modernos de almacenamiento, la eficiencia en los procesos aduaneros y de certificación, la integración de las tecnologías de información y comunicación para la logística, así como el fomento de la competencia en el sector transporte. Estos elementos pueden servir para estimular el uso eficiente de la infraestructura disponible y minimizar los costes logísticos. América Latina está llena de valiosos recursos y ojalá su desarrollo logístico no deje de crecer.

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