[:es]Frank LaMere: El trabajo de un buen hombre nunca acaba[:]

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NOTA DEL EDITOR: 2do de un serie de 2 partes. Frank LaMere ha sido uno de los líderes en la batalla contra las ventas de licor en Whiteclay, Nebraska. Unos cuantos dueños de tiendas, aunado a productores y proveedores, han ganado millones de dólares a expensas de los Oglala-Lakota de la cercana Reservación Pine Ridge en Dakota del Sur, en donde el alcohol ha sido prohibido pero existen altas tasas de alcoholismo y un número desproporcionado de niños sufren de Síndrome Alcohólico Fetal. El mes pasado, Nebraska por fin negó las licencias de alcohol para Whiteclay, poniendo fin a la venta de alcohol. La versión en inglés está disponible en TheReader.com.

Frank LaMere, está convencido que “el impacto más grande no se sentirá hasta dentro de varias generaciones. Pero he visto ahora mismo un impacto inmediato”.

“Yo creo que hay un niño en casa con su madre y padre juntos y que no tomaron. Yo creo que hay un niño sintiéndose muy bien porque Whiteclay no está abierto. Yo creo que hay muchas oraciones de los niños para que sus padres continúen sobrios. Y pienso que lo que estamos viendo puede tener que ver con esos niños y su sufrimiento y sus oraciones”.

LaMere siente desprecio por los argumentos que dicen que prohibir el alcohol en Whiteclay solamente moverá el problema a otro lugar, con lo cual aumentará el número de conductores ebrios.

“Preocuparnos por alguien que manejando por la autopista 87 podría ser herido por un conductor ebrio no puede ser nuestra preocupación principal. Nuestra preocupación principal tiene que ser la salud y el bienestar de cientos de niños que son dañados en el vientre por síndrome alcohólico fetal (FAS). He reclamado a muchas personas por esto. ¿Dónde están las personas pro vida? ¿Dónde está la iglesia? Los niños son dañados en el vientre y nadie dice nada porque hay dinero de por medio. Eso me preocupa mucho. Muchos niños han sido dañados desde el vientre en Pine Ridge, todo para que alguien pueda volverse rico y hablar sobre un supuesto modelo de libre empresa. Defendemos eso más que defender la vida misma. Es horrible pero es lo que hemos hecho. Pero siempre hemos tenido miedo de aceptarlo”.

El abogado John Maisch, cuyo documental Indio Sobrio, Indio Peligroso incluye a LaMere, dijo: “Yo diría que la empatía de Frank es lo que le impulsa. Frank está en un estado perpetuo de luto. Frank ha perdido a muchos miembros de familia y a amigos por las adicciones. Yo pienso que eso es en parte lo que llevó a Frank a enfocarse en Whiteclay. Frank perdió a su hija Lexie y es por eso que está luchando por los niños, ya sea por los niños Nativos Americanos perdidos en nuestro sistema de cuidado adoptivo o sufriendo como resultado de FAS por todo el alcohol ingerido por sus madres en las calles de Whiteclay. Él es llamado por el sufrimiento de los demás pues él ha sufrido grandes pérdidas”.

LaMere reconoce que ha “redoblado” sus esfuerzos desde que perdió a su hija.

“Y esto se ninguna forma le sustituye”, nos dijo. “Yo no lo veo de esa forma. Lo veo simplemente como si estuviera apoyándome en mi hija. Todas las cosas que hago ahora tal vez sean porque soy más atrevido que antes y hay una razón para ello y es que es lo que ella hubiera querido que yo hiciera. Si yo evado, ella diría: ‘¿Por qué estás haciendo eso? Esa no es la persona que eres’. Yo incluso le escuche decir una vez: ‘Este es mi padre, esta es la persona que es, esto es lo que hace y lo hace por las personas”. Todo lo que haga por el resto de mi vida será en memoria de mi hija pues ella desde joven estaba comprometida con las cosas con las que yo todavía estoy comprometido”.

LaMere se siente satisfecho con saber que Nebraska por fin asumirá sus pecados.

“Al fin los habitantes de Nebraska han dicho que tal vez es momento de que todos veamos esto. Por fin estoy complacido de que los habitantes de Nebraska no vayan a hacerse se la vista gorda sino que van a ver el impacto de Whiteclay y tal vez vayamos a actuar y hagamos que todo sea un poco mejor”.

A como ve las cosas LaMere, todo el Estado es culpable.

“Nosotros como habitantes de Nebraska somos inadvertidamente e inconscientemente responsables por ello. Necesitamos actuar y mitigar algunas de las cosas que hemos ayudado a ocasionar en Pine Ridge. Aun después de todo esto, yo digo los habitantes de Nebraska son buenos – tal vez demasiado buenos. En ocasiones nos toma demasiado tiempo actuar”.

Los verdaderos culpables, dice, son “aquellos en el Condado de Sheridan” que han ignorado las cosas.

“Los vendedores de cerveza y el resto tendrán que responder por sus acciones, no ante Frank LaMere sino ante la Suprema Corte, la Liquor Control Commission, el fiscal general, pues cuando den un buen vistazo a lo que sucedió no hay forma de que puedas considerar que las cosas sean normales o aceptables”.

Como guardián y conciencia, LaMere dijo que actúa en base a un convenio que hizo con su creador para servir a los demás.

“He viajado millones de millas, gastado todo lo que tengo, robado tiempo con mi familia, usado mi tiempo libre. En algún momento, sientes una autoridad moral. Nadie te lo puede dar u otorgártelo. Una vez que lo tienes, no significa nada a no ser que exista una imperativa moral. He tratado de lograr algo de autoridad moral y la imperativa moral que va de la mano con ello. Yo escucho todos los días en mi trabajo con diversas agencias las palabras ‘por la autoridad envestida en mí’. Eso para mí no significa nada. Eso no me impresiona. No me importa la autoridad que tengas, si no la usas y si no hay una imperativa moral para hacer que las cosas sean mejor, entonces no importa. Yo me encuentro con estas personas todo el tiempo. Tienen autoridad pero no la usan. No estoy siendo cínico. Yo tengo la verdad de mi lado”.

Whiteclay ofreció a los oficiales elegidos y designados décadas de oportunidades para actuar, pero no lo hicieron. LaMere nunca dejó de actuar ni dejo que las autoridades olvidaran.

“En ocasiones puedo entrar a un cuarto con cientos de personas y tener el menor cargo, autoridad o poder, pero tienen que escuchar a Frank pues ha puesto el tiempo y la energía necesaria y ha adquirido esa autoridad moral y él la usa. Les asusta. Desearían que se fuera. Las personas tienen que escuchar a Frank pues él nunca se va y él no gana nada. Por eso hemos logrado cambios en Whiteclay y es como lograremos un cambio en nuestra sociedad, obteniendo esa autoridad moral y actuando”.

LaMere dijo que su más grande recurso es la verdad.

“Cualquier cuestión de cambio, incluso en Whiteclay, se hace con la verdad. He aprendido eso con el paso de los años. Una vez que terminan las conferencias de prensa, las convenciones y las manifestaciones, una vez que se llevan a cabo los arrestos, que terminan las campañas de peticiones, que los esfuerzos legislativos pasan, lo único que queda es la verdad. Es muy importante que tengas la verdad de tu lado y que reconozcas que la verdad estuvo contigo. Eso es lo único que me motiva. Soy firme, directo y respetuoso y siempre digo la verdad. Últimamente eso me ha ganado algo de respeto”.

Si Whiteclay confirma algo, nos dijo, es que “nada cambia a no ser que alguien se siente incómodo y en ocasiones uno mismo debe sentirse incómodo”. En cuanto al caso en Whiteclay, nos dijo, el expresó su “saludable irrespeto por la autoridad”.

“Tal vez es un defecto de carácter”, menciona, “pero me pueden poner en un cuarto con 100 personas y si hay un bravucón ahí es muy probable de que antes de que termine la noche yo me enfrente a él”.

Cuando joven estuvo activo “en la periferia” del American Indian Movement (AIM). En un momento posterior de su vida él se acercó a las leyendas Russell Means y Vernon Bellacourt del AIM. Los hombres se volvieron aliados en muchas peleas.

“Yo veía como las personas Nativas y no Nativas eran intimidadas simplemente porque alguien sentía que tenían un poder sobre ellos y cuando lo veía yo reaccionaba. Sin importar cuál era el problema, yo decía: ‘¿Quién te crees que eres? ¿Por qué estás haciendo eso? ¿Por qué le estás tratando de esa forma?’. Lo he dicho. Siempre he crecido con ese sentimiento de que si alguien era maltratado, yo siempre trataba de defenderle”.

Whiteclay ofrece un microcosmos de comportamiento predatorio.

“Cuando fui por primera vez a Whiteclay hace 20 años, yo di un vistazo y pude apreciar que los Nativos ahí no tenían voz y no eran apreciados. Los dueños y los residentes no les prestaban mucha atención. La otra cosa que vi fue ahí fue la impunidad y el maltrato de personas vulnerables de quienes se aprovechaban. Después vi que nadie actuaba, así que pensé que tal vez yo debería darles una voz”.

Los asesinatos sin resolver en el área de Little John Means, Ronald Hard Heart y Wilson Black Elk pesaban sobre él. Las enfermedades y muertes de otros relacionadas con el alcohol le atormentan.

“El alcohol que sale de Whiteclay ha matado a muchos Lakotas y todavía estamos esperando que pasará cuando muera el primer hombre blanco o la primera mujer blanca en el camino entre Rushville y Whiteclay”.

El documental The Battle for Whiteclay (La Batalla por Whiteclay) muestra a LaMere en una audiencia contra “la doble moral “ sobre las muertes de los Nativos Americanos.

“Significa que sentimos que hay dos clases de ciudadanos en este Estado. ¿Acaso permitiríamos que las cosas que pasan en Whiteclay ocurriesen en el Oeste de Omaha o en el Suroeste de Lincoln? Yo no lo creo. Muchas personas de nuestra sociedad han sido victimizadas, quedado huérfanas o han sido asesinadas. Pero si una mujer blanca joven o un hombre blanco falleciere esta noche en Whiteclay, para la mañana todo sería clausurado y lo peor de todo es que sabemos que es verdad”.

LaMere considera que esa doble moral todavía existe.

“Queremos que todo en Whiteclay sea correcto pero no podemos siquiera encargarnos de las cosas simples. Hay algo que sabes que puedes hacer con la ley: puedes cerrar todo y eso es lo que han hecho y están teniendo problemas para mantenerlo cerrado”.

Él se rehúsa a ser hecho menos pues ha aprendido de su experiencia que jugar su juego no da resultado.

“Me darás una palmada en la espalda y me dirás, Frank, eres un gran tipo y aprecio lo que haces por todos, pero sé que en verdad no quieres que nada cambie. Incluso me permitirás marchar o hacer una protesta. Pero apuesto a que no lo permitirás durante 20 años. Puedes pasar un año y darte cuenta que este tipo no se irá, tal vez debamos sentarnos y escucharle”.

LaMere lamenta la única vez que tomo las cosas por sentadas.

“Hace muchos años cometí un error. Yo hablé sobre el problema en Whiteclay. Logramos micho con el entonces Gobernador (Ben) Nelson. El reunió varios grupos de oficiales del Condado de Sheridan, de Pine Ridge, de agencias estatales, para que todos nos sentásemos a hablar sobre los problemas de impunidad de ahí. Así que logramos trabajar sobre algo hace muchos años y yo aprecié ese proceso. Cometí el error de pensar que todo estaba listo. Pensé que todo lo que tenía que hacer era llevarlo a Lincoln y que los habitantes de Nebraska lo cambiarían. Yo fui demasiado optimista. Muchas personas de Nebraska querían cambiarlo pero las personas en el poder no querían. Cuando hay mucho dinero en juego, nada es algo seguro. Las personas van a pensar en el dinero y el impacto. Quienes tienen manera de influir y que tienen intereses monetarios probablemente serán los que ganen. Eso es lo que he observado. Whiteclay es tal vez el ejemplo perfecto de la codicia, no solamente en Nebraska sino en toda la nación. Es algo tan grave como lo de Flint (Michigan)”.

Durante mucho tiempo, nos dice, la actitud hacia lo de Whiteclay era: “Sabemos lo que estamos haciendo pero nos va a costar dinero, me va a costar hacer mi trabajo. Hay que dejar las cosas como están”. Como se permitió que las cosas continuaran, “Whiteclay quedará en la historia como algo que toleramos y de lo que siempre nos sentiremos avergonzados y solamente entenderemos todo cuando la Suprema Corte tome la decisión final de cerrarlo. Entonces veremos lo que en verdad hemos hecho”.

Mientras tanto, LaMere no descansará. Cuando las personas con buenas intenciones ofrecen sus condolencias por Lexie y lamentan que ella no haya podido cumplir con su promesa, él acepta su simpatía pero les corrige al decir: “No hay ninguna promesa sin cumplir, simplemente son más cosas que usted debe hacer y más cosas que yo debo hacer. Así es como son las cosas. Eso mantiene firme. Así será hasta que yo no esté aquí”.

Lea más sobre el trabajo de Leo Adam Biga en leoadambiga.com.

Photo by Joe Shearer, UNO Gateway

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