Sector aéreo confía en una tregua comercial China-Estados Unidos para crecer un 3.4%

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La Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) espera una ligera aceleración del sector global de la aviación y que este crezca un 3.4% en 2020 frente al 3.1% de 2019, aunque condiciona esa recuperación a que China y Estados Unidos reduzcan sus tensiones arancelarias.

“Las guerras comerciales produjeron un descenso de las expectativas, y si bien hay cierto optimismo de cara a 2020, éste depende de que haya una tregua en la guerra comercial”, resumió en la rueda de prensa para presentar estas previsiones el economista jefe de la IATA, Brian Pearce.

En cifras absolutas, la asociación internacional proyecta que los beneficios del transporte aéreo sean en 2019 de 25,900 millones de dólares (23,300 millones de euros) y en 2020 asciendan a 29,300 millones de dólares (26,400 millones de euros)

Pearce insistió en que las tensiones entre las dos principales economías mundiales fueron la principal causa de que el crecimiento en 2019 fuera nueve décimas menor de lo previsto hace un año, y explicó que esto afectó especialmente al transporte de carga, que cosechó los peores resultados de los últimos tres años.

En este punto, IATA proyecta que en 2020 el volumen ascienda un moderado 2% hasta 62.4 millones de toneladas, frente a 61.2 millones con los que se calcula que terminará este año.

La asociación internacional calcula que el número de pasajeros alcanzará 4,540 millones en 2019 (una subida interanual del 3.7%) y 4,720 millones en 2020, lo que de confirmarse supondría un ascenso del 4% con respecto a este año.

Esto se interpretaría como un reducido impacto del movimiento flygskam (“vergüenza de volar”), abanderado por activistas medioambientales como la sueca Greta Thunberg, ante el que la IATA argumenta que el aéreo es uno de los sectores que más está trabajando para reducir emisiones y frenar el cambio climático.

“El enemigo no es volar, sino el dióxido de carbono, por ello en 2050 prevemos que cuatro veces más de pasajeros utilicen el transporte aéreo habiendo logrado que las emisiones del sector sean reducidas a un tercio de las actuales”, aseguró al respecto el director general de la IATA, Alexandre de Juniac.

Por regiones, se espera que más de la mitad de los beneficios del próximo año (16,500 millones de dólares o 14,800 millones de euros) se concentren en el mercado norteamericano, frente a 7,900 millones de dólares (7,100 millones de euros) en Europa.

En Asia-Pacífico, donde se encuentra el mercado que según IATA experimenta el crecimiento más rápido, el de los vuelos domésticos en China, se proyectan para 2020 beneficios de 6,000 millones de dólares (5,400 millones de euros).

En los mercados de Oriente Medio, Latinoamérica y África, que registraron pérdidas este año, IATA vaticina que sólo la región latinoamericana deje los números rojos y pase de 400 millones de dólares (360 millones de euros) perdidos en 2019 a 100 millones de dólares de ganancias (90 millones de euros) en el próximo ejercicio.

Este año el sector aéreo se vio afectado por la suspensión generalizada de los vuelos de aviones Boeing 737 MAX, después de los dos accidentes de aparatos de este tipo en octubre de 2018 y marzo de 2019 causaran 346 muertos, aunque según IATA el efecto económico de estos sucesos fue limitado.

“Afectó a algunas aerolíneas, pero fue un número relativamente limitado, y en muchos casos lo que se hizo fue extender el uso de aviones antiguos, lo que sólo redujo la rentabilidad de los vuelos”, analizó el economista jefe de IATA.

El experto subrayó como un factor a tener en cuenta en 2020 la lucha contra el cambio climático, ya que invertir en tecnologías o combustibles menos contaminantes “no había sido la prioridad, pero está comenzando a serlo”.

Ello está comenzando a verse según la IATA especialmente en Europa, una de las regiones que apuesta más claramente por la reducción de emisiones.

En el moderado optimismo de la asociación internacional también juega un papel crucial la perspectiva de que los precios del petróleo se mantengan relativamente bajos en 2020, a unos 63 dólares (56 euros) por barril Brent, cuando la media de este año fue de 65 dólares (58 euros).

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