[:en]When new UNO Office of Latino and Latin American Studies community engagement coordinator Alina Lopez appears at public forums and school assemblies to tout OLLAS academic programs and scholarships, she speaks from experience.
This 2017 magna cum laude University of Nebraska at Omaha graduate found OLLAS opportunities herself as a volunteer and a Next Generation Leadership scholar.
Embedded in her outreach is a desire to help Latinas pursue higher education. She doesn’t want them deferring their dreams due to challenges like those she faced as a young mother in a domestic violence relationship. She lets aspirants know obstacles don’t need to prevent attaining goals. She delayed her college studies a decade until leaving her abuser. Once free, she shined in the classroom and blossomed as a woman and as a professional.
Born in Michoacan, Mexico, she was 3 when her family moved to Santa Barbara, Calif., where they lived until she was 12. Then they moved to Ogden, Utah. Concerns about undocumented status and the death of her grandfather prompted the family’s return to Mexico. Though an exceptional student, she struggled in Mexican schools and convinced her parents to let her return to the States.
She joined an older sister then living in Bellevue, Neb. Lopez graduated from Bryan High School – the last of five high schools she attended.
“I think I grew to be okay with change. I can adapt very well. But when you’re 15-16, parental guidance is essential. Not having that was the toughest part.”
Lopez married young and began having children. She’s the mother of five today.. She was an Omaha Public Schools ESL specialist and administrative aide at her alma mater, Bryan, where she helped coach girls soccer. Assistant principal Tracy Wernsman emboldened her.
“She was a mentor who was like an angel sent from God,” said Lopez. “She talked me through things like, ‘If you leave that relationship, you’ll be okay, you can do it,’ and so in 2011 I finally had the guts to say, ‘No more.’ Tracy told me I had great potential and needed to pursue college. Once I became liberated, I pursued it.”
Another strong influence has been Spring Lake Magnet principal Susan Aguilera-Robles.
“She is a great role model for me. She’s gone through a lot and dedicated her life to helping others. Being the principal of a school takes a lot. I know she has really bad days and really good days, but she’s made it work and she makes it look easy.”
Lopez worked multiple jobs to support her family while earning an associate’s degree from Metropolitan Community College. Then she enrolled at UNO.
“Trying to figure it all out was very challenging and stressful, but well worth it.”
None of it was possible without first taking her life back.
“It makes you a stronger person. For a woman to get out of it is empowering. It makes you want to mentor other females going through the same. You don’t want anybody else to go through what you went through.”
School provided sanctuary and affirmation.
“After being divorced, you feel like a failure. When I enrolled in college I wanted to feel good about myself and to make up for lost time. It was a personal goal to attain a 4.0 GPA and I did it. I’m hungry to learn. I’m hard on myself. I want to give the best of me. I know what I’m capable of and so I push myself. School has always been my safe place. When I’m studying, it feels peaceful, so I’ve dedicated myself to school.”
She’s now eying a dual masters program in public administration and social work. She expects to earn a Ph.D. as well.
Her curiosity extends beyond books. She participated in an international student program that took her to Hong Kong for five weeks last summer, where she joined other students from around the world. “I thought if I don’t do it now, I’m never going to do it, and it was life-changing. If I could go back, I’d do it all over again.”
She went beyond her job description at Bryan to influence young people.
“I was drawn to the kids who carried the most challenges with them. I wanted to know who they were, what they were going through. I also encouraged Latinas to seek post-secondary scholarships. It felt really good.”
While studying at UNO, Lopez became a regular in the OLLAS office and when the community engagement coordinator post opened, it seemed a perfect fit.
“Every single thing has led me to this point. I saw UNO and OLLAS offered the opportunity for more growth and academic success. We’re here to support students.”
She envisions one day realizing another dream – “to start an organization dedicated to young Latino women.”
“I feel sometimes we let our culture oppress ourselves,” she said, “especially the immigrant community. We tend to look at our culture as more important than anything. For me, the thought of divorce was not even an option because when you marry, you marry until death do you part. A lot of women stay in a bad life and don’t receive support from family to leave it. I wish to help Latinas who don’t find support elsewhere.”
Lopez, who formed a single parent group at UNO, has come a long way herself.
“It’s been quite the journey.”
Read more of Leo Adam Biga’s work at leoadambiga.com.[:es]Cuando Alina López, nueva Coordinadora de Participación Comunitaria en la Oficina de Estudios Latinos y Latinoamericanos de UNO, se presenta en foros públicos y reuniones escolares para promover los programas y las becas de OLLAS, ella habla por experiencia propia.
La graduada Magna Cum Laude de la Universidad de Nebraska en Omaha encontró en OLLAS oportunidades como voluntaria y becaria Next Generation Leadership.
Dentro de todo esto se encuentra su deseo de ayudar a que las latinas busquen una educación superior. Ella no quiere que las demás hagan a un lado sus sueños debido a los retos a los que enfrentan como lo fueron en el caso de ella al ser una joven madre en una relación violenta. Ella hace que las aspirantes sepan que los obstáculos no tienen que impedir que alcancen sus metas. Ella retrasó sus estudios universitarios por una década antes de dejar a la persona que abusaba de ella. Una vez que fue libre, ella brilló en el salón de clases y creció como mujer y como profesionista.
Nació en Michoacán, México, y cuando tenía 3 años de edad su familia se mudó a Santa Bárbara, California, en donde vivieron hasta que tenía 12 años. La preocupación por su estatus de indocumentados, así como la muerte de su abuelo, orilló a la familia a regresar a México. Aunque era una estudiante excepcional, ella batalló en las escuelas en México y convenció a sus padres de regresar a los Estados Unidos de Norteamérica.
Ella estuvo con su hermana mayor que entonces vivía en Bellevue, Nebraska, y se graduó de Bryan High School, la última de cinco escuelas a las que asistió.
“Yo creo que crecí sintiéndome normal frente al cambio. Yo me puedo adaptar muy bien. Pero cuando se tienen 15-16 años de edad, la orientación parental es esencial. No tenerlo fue lo más difícil”.
López se casó joven y comenzó a tener hijos – hoy en día es madre de cinco. Ella fue especialista ESL en Omaha Public Schools y auxiliar administrativa en Bryan High School, en donde ayudó a entrenar a las niñas que jugaban futbol soccer. Tracy Wernsman, la directora asistente, le animó.
“Ella fue una mentora que era como un ángel enviado por Dios”, dijo López. “Ella me asesoró a través de cuestiones como ‘Si sales de esta relación estarás bien y puedes hacerlo’ y cosas como esas, por lo que en 2011 finalmente tuve el valor de decir ‘No más’. Tracey me dijo que yo tenía mucho potencial y que necesitaba buscar mis estudios universitarios. Una vez que me liberé, seguí su consejo”.
Otra fuerte influencia fue Susan Aguilera-Robles, Directora de Spring Lake Magnet.
“Ella es un gran ejemplo a seguir. Ella ha pasado por muchas cosas y ha dedicado su vida a ayudar a los demás. Ser la Directora de una escuela requiere de un gran esfuerzo. Yo sé que ella tiene días muy malos y días muy buenos, pero ella ha logrado hacer que todo funcione y hace que todo se vea fácil”.
López trabajó en diversos empleos para apoyar a su familia mientras estudiaba para obtener un grado de asociada del Metropolitan Community College. Ella después ingresó a UNO.
“Tratar de encontrar como hacer todo fue muy estresante y un gran reto, pero valió la pena”.
Nada de esto hubiera sido posible si no hubiera recuperado su vida.
“Te convierte en una persona más fuerte. Para una mujer, salir de todo eso es muy empoderante. Te hace querer asesorar a otras mujeres que están pasando por lo mismo. No quieres que nadie más por lo que tu pasaste”.
La escuela le brindó un refugio y reafirmó su decisión.
“Después de divorciarte, sientes que has fallado. Cuando yo ingresé a la universidad, yo quería sentirme bien y recuperar el tiempo perdido. Lograr un GPA de 4.0 era una meta personal y la pude alcanzar. Estoy ansiosa por aprender. Soy dura conmigo misma. Quiero dar lo mejor de mí. Sé de lo que soy capaz y por eso me esfuerzo. La escuela siempre ha sido un lugar seguro. Cuando estoy estudiando me siento en paz, así que me he dedicado a la escuela”.
Ella ahora está pensando en el programa de doble Maestría en administración pública y trabajo social. Ella ahora piensa también obtener un doctorado.
Su curiosidad se extiende más allá de los libros. Ella participó en un programa internacional de estudiantes que le llevó el verano pasado a Hong Kong durante cinco semanas en donde se unió a otros estudiantes de todo el mundo. “Yo pensé que si no lo hacía en ese momento, nunca lo iba a hacer y fue algo que me cambió la vida. Si pudiera regresar en el tiempo, lo volvería a hacer”.
Ella fue más allá de sus obligaciones laborales en Bryan para influenciar a las personas jóvenes.
“Yo trabajé con los niños que llevaban más retos consigo. Yo quería saber quiénes eran y qué era por lo que estaba pasando. Yo también alenté a las latinas a buscar becas para estudios después de la secundaria. Eso me hizo sentir muy bien”.
Mientras estudiaba en UNO, López era una visitante regular en la oficina de OLLAS por lo que cuando estuvo disponible el puesto de coordinadora de participación comunitaria, fue la opción adecuada.
“Todo me ha llevado a este lugar. Yo veía que UNO y OLLAS ofrecían la oportunidad de un mayor crecimiento y de éxito académico. Estamos aquí para apoyar a los estudiantes”.
Ella piensa en un día cumplir con otro sueño, “comenzar con una organización dedicada a las jóvenes mujeres latinas. En ocasiones dejamos que nuestra cultura nos oprima a nosotros mismas, especialmente para la comunidad inmigrante. Tendemos a ver a nuestra cultura como algo más importante que nada más. Para mí, pensar en el divorcio no era una opción pues cuando te casas, te casas hasta que la muerte nos separe. Muchas mujeres se quedan en una mala vida y no reciben el apoyo de su familia para salir de ella. Yo deseo ayudar a las latinas que encuentran apoyo en ningún otro lado”.
López, quien formó un grupo para padres y madres solteras en UNO, ha llegado lejos.
“Ha sido un gran viaje”.
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