[:en]hances are, you don’t know Omaha has a public high school of performing arts, It may further surprise you that South High School is that Fame-style institution.
South has been the Omaha Public Schools’ Visual & Performing Arts Magnet for two decades. But the architect for the arts emphasis there, retired South drama teacher Jim Eisenhardt, said “by the time we were named an arts magnet, we were already an arts magnet in all but name.”
Dramatic growth in student numbers has seen a corresponding growth in programs that finds South with the district’s most robust arts curriculum. Students can even elect to be an arts major. Seventy percent of all students take at least one arts class. Forty percent take at least two. Participation has exploded, especially in dance and guitar.
The interest and activity have South facing serious space issues to accommodate it all. Thus, the school’s embarked on a $12 million private fundraising campaign for a planned Visual & Performing Arts addition.
Becky Noble, South curriculum specialist and a drts Magnet facilitator, said space is at such a premium that some labs and classrooms meet in cramped former “closets.” Film and music technology classes share the same small digs. Neither has a dedicated studio.
“We can’t grow music tech and film anymore.”
With no permanent spaces for some classes, she said, “they’re constantly moving from place to place.” Even the dance studio is makeshift. The present black box theater lacks flexibility and accessibility.
She described conditions as “maxed out,” adding, “We need space that is appropriate to enhance learning.”
Then there’s the battle for updated technology. She said it can be difficult getting district officials to accept why not just any computers or software programs will do for the high-end things students create in film, digital art and music tech.
“We are so unusual in the district that sometimes they almost don’t know what to do about us.”
Asking for state-of-the-art gear and contracting professionals to teach dance takes some explaining.
“It’s an ongoing kind of beating our heads with having them understand that it is a special thing and it is important, it’s not just a fluff thing. We don’t have students in here for fluff. We have them in here because there is a real, honest curriculum.”
“Our basic philosophy to use art as a springboard to enhance problem-solving and abstract thought,” South theater director Kevin Barratt said.
Noble said the fact teachers make-do and still net great results speaks to their commitment.
“It is really a labor of love.”
The 55,000 square foot addition would add seven general education classrooms, dedicated studio spaces, a new black box theater and an art gallery. Noble said South’s fortunate to have a strong advocate making its case in Toba Cohen-Dunning, executive director of the Omaha Schools Foundation, the project’s fiscal agent.
Administrators, such as former principal Cara Riggs, are arts advocates, too. “She put some additional money behind it and now our current principal Ruben Cano is doing a great job of listening,” Noble said.
“The equity formula of the Omaha Public Schools allowed for dollars to follow students,” Riggs said. “As we received more dollars for our magnet students, we continued to find ways to strengthen our magnet programs, We found it important to create programs in the arts that students couldn’t get anywhere else in the metro: Dance taught by professional dance instructors; a piano lab and a guitar program; a film program and a computer gaming program.
“Our school culture improved and enrollment rocketed, with successful programs and positive word-of-mouth.”
South staffers, past and present, say they hoped the arts would catch fire but Eisenhardt said no one expected this.
“We started a dance class with 12 kids and now it’s up above 400 (with five styles offered). There are over 300 kids in guitar and piano.”
Alum Kate Myers Madsen, who was active in music and theater at South, theorizes why the arts flourish there.
“I think the reason it’s so well-received is that it’s so in the community of people who are incredibly talented but might not come from homes that have the means to put them in private voice or instrument lesson and dance classes. It’s providing huge value to students who normally would not be able to access it.”
This arts infusion didn’t just happen, it was intentionally built by Eisenhardt and Co. from 1982 to his 2006 retirement. He cultivated relationships with community arts organizations that exposed students to professionals in many disciplines. Over time, South became the district’s arts epicenter and the magnet designation naturally followed.
“My colleagues across the district knew what the arts program was at South,” he said. “No one ever asked me why we got it (magnet status) and not somebody else. There were great arts teachers already here like Toni Turnquist and Mary Lou Jackson and Josh Austin working hard to create something important.” [:es]Es posible que no sepa que Omaha tiene una escuela pública de artes escénicas. Tal vez le sorprenda saber que South High es esa institución.
South High ha sido la Escuela Imán en Artes Visuales y Escénicas de Omaha Public Schools. Pero Jim Eisenhardt, maestro de arte dramático jubilado y arquitecto del énfasis en las artes, dijo que “para cuando fuimos nombrados como Escuela Imán, ya éramos una Escuela Imán en todo menos en nombre”.
El crecimiento en el número de estudiantes ha visto un crecimiento también en los programas en oferta lo cual hace que South tenga la currícula de clases más robusta del distrito. Los estudiantes pueden incluso obtener un grado en artes. El setenta por ciento de todos los estudiantes toman por lo menos una clase de arte. El cuarenta por ciento toma por lo menos dos La participación ha aumentado considerablemente, especialmente en danza y guitarra.
El aumento de interés y actividades tienen a South High con un problema de espacios para poder brindar sus servicios a todos. Por ello, la escuela comenzó con una campaña de recaudación de fondos para poder obtener $12 millones de dólares en fondos de la iniciativa privada para la adición del área planeada para las Artes Visuales y Escénicas.
Becky Noble, especialista de currícula en South High y facilitadora de artes en Escuela Imán, dijo que los espacios son tan necesarios que algunos laboratorios y grupos de clases se reúnen en espacios ajustados que anteriormente eran closets. Las clases de cinematografía y música comparten los mismos espacios ajustados y ninguno cuenta con un área dedicada. “No podemos crecer más en las áreas de música y cinematografía”.
Al no contar con espacios permanentes para algunas clases, ella dijo que “constantemente se mueven de lugar en lugar”. Incluso el estudio de danza es improvisada. Al actual espacio le falta flexibilidad y accesibilidad.
Ella dijo que todo está “al máximo”, agregando: “Necesitamos espacio que sea apropiado para mejorar el aprendizaje”.
Y luego está la batalla por la actualización de la tecnología. Ella dijo que puede ser difícil lograr que los oficiales de distrito acepten por qué no cualquier computadora o programa de software es suficiente para las cosas de alto nivel que crean los estudiantes en cinematografía, arte digital y música. “Somos tan inusuales en el distrito que en ocasiones casi no saben qué hacer con nosotros”.
Solicitar equipos de última tecnología y contratar a profesionales para enseñar danza es algo que requiere de explicaciones.
“Es algo que tenemos que hacer seguido para que puedan entender que es algo especial e importante, no es algo sin sentido. No tenemos estudiantes aquí sin sentido. Están aquí para tomar las clases reales que ofrecemos. Nuestra filosofía básica es usar el arte como una plataforma para mejorar la resolución de problemas y el pensamiento abstracto”, dijo Kevin Barrat, director teatral en South High.
Noble dijo que el hecho de que los maestros logren hacer tanto con lo que se tiene y todavía presentar grande resultados habla bien de su compromiso. “En verdad es una labor por amor”.
La adición de 55,000 pies cuadrados permitiría agregar siete salones de clase para educación general, espacios dedicados para estudios, un nuevo espacio de teatro experimental y una galería de arte. Noble dijo que South High tiene la fortuna de tener en Toba Cohen-Dunning, directora ejecutiva de Omaha Schools Foundation, una gran defensora del proyecto.
Las administradoras, tales como la anterior directora Cara Riggs, también son defensoras de las artes. “Ella aplicó algo de dinero adicional en todo esto y ahora Rubén Cano, nuestro actual director, está haciendo un gran trabajo escuchándonos”, dijo Noble.
“La fórmula de equidad de Omaha Public Schools permitió que los dólares siguieran a los estudiantes”, dijo Riggs. “Al recibir más dólares de nuestros estudiantes imán, continuamos encontrando formas de fortalecer nuestros programas imán. Consideramos importante crear programas en las artes que los estudiantes no podían tener en ningún otro lugar: danza enseñada por instructores de danza profesional, un laboratorio para piano, un programa de guitarra, un programa de cinematografía y un programa de juegos para computadora. Nuestra cultura escolar mejoró y aumentaron los registros gracias a programas exitosos y recomendaciones positivas”.
El personal de South High, anterior y actual, dijo que esperaban que las artes tuvieran mucha popularidad, pero Eisenhardt dijo que nadie esperaba que a este grado. “Comenzamos una clase de danza con 12 niños y ahora son más de 400 (con cinco estilos disponibles). Hay más de 300 niños en guitarra y piano”.
Kate Myers Madsen, anterior estudiante que participó en música y teatro en South High, nos habla de una posible razón por la que las artes florecieron ahí. “Yo considero que ha sido tan bien recibido gracias a las personas de la comunidad que son tan talentosas, pero que tal vez vengan de hogares que no tengan los medios para poder darles lecciones privadas de canto o instrumentos o danza. Está probando ser de mucho valor para los estudiantes que normalmente no tendrían acceso a ellas”.
Esta infusión de las artes no apareció de la nada, pues fue creada por Eisenhardt y compañía desde 1982 al 2006. Él cultivó las relaciones con las organizaciones de arte en la comunidad que permitieron que los estudiantes fueren expuestos a profesionales en muchas disciplinas. Con el paso del tiempo, South High se convirtió en el epicentro de las artes en el distrito y la designación como Escuela Imán siguió de forma natural.
“Mis colegas en el distrito sabían lo que era el programa de artes en South High”, nos dijo. “Nunca nadie me preguntó por qué nosotros la obtuvimos (la designación como Escuela Imán) y no alguien más. Han habido ya grandes maestros de las artes como Toni Turnquist, Mary Lou Jackson y Josh Austin que han estado trabajando arduamente en algo importante”.[:]