[:en]Howard’s Charro Cafe new management continues with tradition[:es]La Nueva Gerencia en Howard’s Charro Café continúa con la tradición[:]

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[:en]New management at Howard’s Charro Cafe has been exceeding expectations for previous owner Debra Orduna-Estrada. After being owned by Orduna-Estrada for 9 years after the passing of her mother, Dolores Wright, in 2008, she sought out new ownership with someone she could trust with her “baby.”

She said she found that in David and Araseli Murillo, Lorenzo Cardenaz & Bertha Rodriguez: owners of Sam’s Leon Mexican Foods.

“The other people (who wanted to buy), I knew them, but I wasn’t confident in what I wanted them to do with the business; I wanted to keep the food the same, I wanted them to keep my employees,” Orduna-Estrada said. “The other people, I wasn’t comfortable with them. It was like handing someone your child.”

Howard’s opened in the early 50s by Dolores Wright. Orduna-Estrada said her mother started the restaurant because she didn’t like how other restaurants were making their beans.

“We started it in the basement of a house on 24th street. We moved to 26th and O after being on 24th street, and was there from 1960 to 1965,” she said.

The restaurant then moved to 24th and Q, where it remained from 1965 to 1990. Since 1990, they’ve been at their current location on 13th street.

Orduna-Estrada took over the kitchen in 2008, which she said started to take a toll on her.

“There was probably about five or six other people that were trying to get me to sell because of my health, when I became aware that I needed a kidney transplant,” she said. “I knew I had to get out of the business, but I was worried about my employees.”

Before finding someone to take over, Orduna-Estrada said she didn’t know the fate of the restaurant.

“I just didn’t know how fast I needed everything done, I didn’t know the process of a transplant,” she said. “I didn’t know what was in the future for me.”

Orduna-Estrada had worked with David Murillo for about 10 years, and knew how the Murillos, Cardenaz & Rodriguez operated as business owners.

“We were in an agreement with everything, I didn’t want them to lose time with me closing and them opening, because that’s always harder for business to pick up the people that you lose in the process,” she said. “I closed here on a Friday, it was theirs on a Sunday.”

Araseli Murillo said the transition was “smooth.”

“We came in, we met with the employees as far as what our expectations were and how things were going to still continue as far as recipes, the food and how we were going to continue that,” Murillo said. “It’s been working out well, our customers seem happy.”

The Murillos wanted to make sure the menu stayed the same “out of respect,” so the old items haven’t changed, though new items have been added such as charro beans, steak quesadillas and tacos de barbacoa.

“Everything else is pretty much the same,” Murillo said. “We’re thinking of adding a few more items to the menu. We haven’t decided what.”

Orduna-Estrada said she understands that some recipes can never be replicated.

“You have the same recipe, but it’s always going to turn out just a little bit different,” she said. “It is very close, and the customers seem to like it. Some don’t, but it’s as close as we could get for the transition.”

Murillo said other changes have to do with hours.

“We’re gonna start opening on Sundays and Mondays — Sundays for breakfast, and Monday we’re going to be opening hopefully sometime in September,” she said.

One thing the Murillos, Cardenaz & Rodriguez wanted to keep was the family-oriented atmosphere.

“It’s still family-owned and I think (the customers) liked that part, because we’re all here, the four partners are all family members and then we have our kids, everybody helping out,” Murillo said. “The workers that did stay with us, they’ve been here for years and they’re like a family. Debbie comes around, so the customers really like to see that.”

Orduna-Estrada said a pro to owning a restaurant is the relationships she’s formed.

“You meet so many people, such a variety of people,” she said. “Through this, our family being in this business, I have so many friends, so many people who know who I am. They’re not customers, they’re friends and family.”

A con would be the fact that it took a toll on her.

“You’re married to it,” she said.

Murillo said she wants to continue keeping up with the legacy Howard’s has already established for over 50 years.

“We’re coming up with different ideas,” she said. “We still want it to be family-oriented, we want people who’ve been coming here for a long time who live in this area to continue to come back.

The restaurant has a great reputation in Omaha, something Murillo said she appreciates.

“I think what they’ve done with it is great. Making it so family-oriented and making everyone feel like family is what really made it successful,” she said. “We want to continue that and bring in more families to make this their home.”

Though Orduna-Estrada isn’t working at the restaurant, she still pops in to check on the new owners. She said a lot of stress has been lifted thanks to the Murillos.

“They’ve done a wonderful job,” she said. “I couldn’t have asked for anyone better.” [:es]La nueva gerencia en Howard’s Charro Café ha estado excediendo las expectativa de Debra Orduna-Estrada, su anterior dueña. Después de ser propiedad de Ordina-Estrada durante nueve años, ello después de su madre Dolores Wright quien falleció en el 2008, ella busco a quien podría ser el nuevo dueño del negocio para poder confiarle a su “bebé”.

Ella dijo que los pudo encontrar en David y Araseli Murillo y en Lorenzo Cardenaz y Bertha Rodríguez, dueños de Sam’s Leon Mexican Foods.

“Las otras personas (que querían comprar), yo las conocía, pero yo no confiaba en lo que yo quería que hicieran con el negocio. Yo quería mantener la misma comida, quería mantener a mis empleados”, dijo Orduna-Estrada. “Las otras personas, no me sentía cómoda con ellas. Era como dejarle a alguien más a mi hijo”.

Howard’s abrió a principios de los años 1950 con Dolores Wright. Orduna-Estrada dijo que su madre comenzó con el restaurante pues no había muchos restaurantes que cocinaran sus frijoles.

“Comenzamos en el sótano de una casa en la Calle 24. Después de ahí nos mudamos a la 26 y la O, estando ahí de 1960 a 1965″, nos dijo.

El restaurante después se mudó a la 24 t la Q, en donde permanecieron de 1965 a 1990. Desde 1990 han permanecido en su ubicación actual en la Calle 13.

Orduna-Estrada se hizo cargo de la cocina desde el 2008, pero mencionó que esto comenzó a pesar sobre su cuerpo.

“Probablemente había cinco o seis otras personas que estaban tratando de hacerme que vendiera debido a mi salud, cuando fue aparente que necesitaba un trasplante de riñón”, nos dijo. “Yo supe entonces que tenía que salir del negocio, pero me preocupaban mis empleados”.

Antes de encontrar a alguien que se hiciera cargo, Orduna-Estrada dijo que ella no sabía qué iba a pasar con el restaurante.

“No sabía qué tan rápido tenía que hacer las cosas, no sabía sobre el proceso de un trasplante”, nos dijo. “No sabía qué me deparaba el futuro”.

Orduna-Estrada había trabajado con David Murillo durante 10 años y sabía sobre cómo los Murillos, Cardenaz y Rodríguez operaban como dueños de negocios.

“Habíamos llegado a un acuerdo sobre todo y yo no quería que perdieran tiempo con que yo cerrase y ellos abrieran de nuevo, pues eso es más difícil para un negocio para poder recuperar a las personas que se pierden durante el proceso”, nos menciona. “Yo cerré un viernes y era de ellos un domingo”.

Araseli Murillo dijo que la transición se llevó a cabo sin problemas.

“Llegamos, nos reunimos con los empleados para hablar sobre nuestras expectativas y sobre cómo iban a continuar las cosas en cuanto a las recetas, la comida y cómo íbamos a continuar con todo”, dijo Murillo. “Todo ha funcionado y nuestros clientes parecen estar contentos”.

Los Murillos querían asegurarse de que el menú continuaría siendo igual “por respeto”, por lo que los platillos anteriores no han cambiado, aunque se han agregado cosas como los frijoles charros, las quesadillas con carne y los tacos de barbacoa.

“Todo lo demás continúa siendo igual”, dijo Murillo. “Estamos pensando sobre agregar algunas otras cosas al menú, pero todavía no tomamos una decisión”.

Orduna-Estrada dijo que ella entiende que algunas recetas jamás pueden ser replicadas.

“Tienes la misma receta, pero siempre va a terminar siendo un sabor un poco diferente”, nos menciona. “Se acerca mucho al sabor y a los clientes parece gustarles. A algunos no les agrada, pero es lo más que nos vamos a poder acercar para la transición”.

Murillo dijo que otros cambios tienen que ver con los horarios.

“Vamos a empezar a abrir los domingos y los lunes. Los domingos será para desayunos y los lunes vamos a estarlos trabajando, si todo sale bien, en septiembre”, nos dijo.

Algo que los Murillos, Cardenaz y Rodríguez quieren mantener es el ambiente orientado a la familia.

“Todavía es un negocio familiar y pienso que (a los clientes) es algo que les agrada, pues todos estamos aquí, los cuatro socios somos como miembros de la familia y tenemos también a nuestros hijos y todos están ayudando”, dijo Murillo. “Los trabajadores que se quedaron con nosotros, han estado aquí durante años y son como de la familia. Debbie viene y visita y es algo que le gusta mucho ver a los clientes”.

Orduna-Estrada dijo que una de las ventajas de haber sido dueña de un restaurante es todas las relaciones que ella ha formado.

“Llegas a conocer a tantas personas, a una gran variedad de personas”, nos dijo. “A través de esto, de nuestra familia que está en este negocio, tengo a tantos amigos a tantas personas que saben quién soy. No son clientes, son amigos y familia”.

Una de las desventajas es lo desgastante que resultó todo sobre ella.

“Estás casada con esto”, nos dijo.

Murillo dijo que ella quiere continuar al pendiente del legado que Howard’s ha establecido durante más de 50 años.

“Estamos encontrando nuevas ideas”, nos dice. “Queremos que sea un restaurante familiar y queremos que las personas que tienen ya tiempo viniendo aquí y que viven en el área lo continúen haciendo.

El restaurante tiene una gran reputación en Omaha, algo que Murillo dijo que ella aprecia.

“Yo considero que lo que han hecho es grandioso. Hacer que sea un ambiente familiar y que todos se sientan como de la familia es lo que hizo que tuviera éxito”, nos dijo. “Queremos continuar y que más familias hagan de este su hogar”.

Aunque Orduna-Estrada no está trabajando en el restaurante, ella visita de vez en cuando a los nuevos dueños. Ella dice que siente como una gran cantidad de estrés ha desaparecido gracias a los Murillos.

“Han hecho un excelente trabajo”, nos dijo. “No podría haber pedido algo mejor”. [:]

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