Transporte terrestre, eslabón clave en la efectividad logística

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La renovación de la flota se convierte en uno de los puntos principales para mantener una cadena logística efectiva. El BID recomienda a los Estados fortalecer el transporte de carga.

El transporte terrestre, que representa el 90% del movimiento de carga regional, es el eslabón más débil de la cadena logística. Más del 50% de su flota corresponde a pequeños empresarios que no cuentan con los recursos necesarios para sortear los efectos de la pandemia provocados por la Covid-19.

Shirley Cañete, especialista en Transporte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), manifestó que es “urgente que los Estados fortalezcan a este sector en este momento de emergencia mundial. La renovación de la flota se convierte en uno de los puntos principales para mantener una cadena logística efectiva”.

Según la especialista del BID, generalmente los transportistas pequeños o micro empresarios carecen de procesos ordenados de planificación y operación, tampoco cuentan con recursos digitales que agilicen el movimiento de la carga y sus costos de operación son altos debido a la edad de sus flotas. Sin embargo, por su importancia para el abastecimiento interno y para el comercio exterior, este transporte terrestre se considera un bien esencial, detalló Cañete durante el foro virtual Recuperación del sector logístico frente a la nueva normalidad, organizado por el Consejo Empresarial Logístico de Panamá (COEL).

La Covid-19 evidenció la necesidad de incrementar la eficiencia y hacer más resilientes las cadenas de suministros.

En este sentido, Cañete plantea que los retos del sector logísticos se concentran en la innovación del transporte carretero, en trabajar en la incorporación de la tecnología en la logística del comercio exterior de forma tal que se pueda reducir los costos de producción; y por último plantea la necesidad de revisar las nuevas tendencias del comercio electrónico, asociadas a los diseños de las ciudades adaptadas a la “nueva normalidad”.

“La entrega electrónica pasó de ser un servicio de conveniencia a un servicio esencial”, detalló la ejecutiva del BID para la región.

También destacó que la pandemia está provocando una revolución comercial y logística con altos impactos en la región. Esto evidencia la necesidad de revisar y reducir los costos logísticos que están asociados al comercio internacional, apuntó la representante del BID.

En América Latina los costos logísticos representan alrededor del 20% de los costos de producción. Corresponde al doble del promedio a nivel mundial. Dijo que esto sugiere un nuevo modelo de producción céntrico a uno destinado a diferentes regiones en el mundo, que nos permita aumentar la capacidad de resiliencia y disminuir el riesgo de un posible desabastecimiento.

Igualmente advirtió que el tiempo de vida de las flotas influye en el incremento de los costos logísticos de operación. “En Europa la edad media de las flotas para el movimiento de carga terrestre es de 11 años, mientras que en América Latina es de 21 años”.

René Paredes, presidente de la comisión de transportes de la Cámara Nacional de Transporte de Carga (Canatraca), coincide en que el transporte terrestre es el más afectado en la cadena logística a raíz de la pandemia.

“Los empresarios del transporte de carga se están quedando sin solvencia económica para la compra de combustible, compra de repuestos automotriz y el pago de salarios y viáticos de conductores porque los viajes a Centroamérica, nuestra principal actividad comercial, se han reducido en un 80%”.

Costa Rica, para evitar los contagios, ha puesto como requisito que los choferes debe realizarse la prueba de la Covid, análisis que demoran tres días y esto incrementa los costos de operación. Además ya no se pueden realizar operaciones de carga y descarga. Los articulados regresan vacíos a Panamá, lo que obliga al sector a cesar operaciones “porque los números no dan”, detalló Paredes.

En Panamá más de 350 choferes se dedican al transporte de carga en su mayoría de alimentos, medicamentos y materia prima para la industria alimentaria.

Domingo Latorraca, socio consultor de Deloitte, sostuvo que los principales retos del sector logístico en esta “nueva normalidad”, implican entender e implementar las medidas o protocolos de salud para seguir operando con eficiencia, además de ejecutar un plan de logística muy bien estructurado que permita llegar a todos los integrantes de la cadena.

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