MIAMI (Enviado especial).- Los puertos necesitarán seguir haciendo inversiones en infraestructura porque la industria naviera continuará incrementando el tamaño de los buques. Ambos actores del comercio internacional, además, deberán tener especial atención por cómo impacta cada uno de sus negocios en el medio ambiente.
Sin embargo, los desafíos del ecosistema no terminan ahí: en simultáneo, deben adoptar las nuevas tecnologías que emergen de la logística 4.0 para no perder el ritmo, ni los clientes.
Desde el Banco Interamericano de Desarrollo, la especialista principal en Transporte, con énfasis en los futuros desarrollos logísticos y de puertos, Agustina Calatayud, repasó los avances en la materia y advirtió que la región “tiene un retraso de 10 años” en lo que hace a la adopción de las nuevas tecnologías.
Nuevas metodologías
“La planificación de puertos enfrenta factores conocidos como el aumento del tamaño de los buques y la profundización del decoupling (desfase entre el tamaño de los barcos y la infraestructura portuaria) más la incertidumbre de las guerras tarifarias. Por eso son necesarias nuevas metodologías para enriquecer el planeamiento”, señaló en el 28º Congreso Latinoamericano de Puertos organizado por la Asociación Americana de Autoridades Portuarias (AAPA), en esta ciudad.
Calatayud concedió que el número de buques continuará disminuyendo por efecto de la integración horizontal en industria, “aunque tal vez estemos frente a una saturación de la integración horizontal”.
No obstante, destacó que “el desafío futuro estará en la integración vertical, que avanzará hacia hinterland. No es sólo una idea de las terminales, sino de nuevos jugadores que están incursionando en la logística terrestre y marítima”.
Sincronización
“¿Cómo se insertan las tecnologías en un contexto de incertidumbre y mayores exigencias, para que puedan proveer oportunidades sin precedentes para más optimización?”, se preguntó.
En su opinión, es cuestión de tiempo para que las tecnologías de inspecciones no intrusivas, los drones, la inteligencia artificial y la automatización maduren y se implementen en las terminales “en conexión con las navieras”.
“El gran desafío será la sincronización de las tecnologías con todos los stakeholders, la coordinación. América latina tiene 10 años de retraso”, respecto de las mejores prácticas en marcha.
Inversiones caras
Reconoció además que una de las principales dificultades es “el retorno de la inversión de estas tecnologías”, que son bastante caras todavía. No obstante, señaló que muchas veces son más accesibles que grandes obras de infraestructura.
Por ejemplo, en una prueba piloto de Big Data para el análisis de la congestión de tráfico, armaron un dashboard con reportes de Waze en 54 ciudades de latinoamericanas.
“La idea es conocer cómo se comportará el tráfico ante la llegada de portacontenedores y cruceros en ciudades-puerto, poder predecirlo y lograr que las autoridades tomen decisiones en la materia”, explicó.
“No todos tenemos un túnel como el de Miami”, señaló, en alusión a la obra de US$ 700 millones que invisibilizó a los camiones del puerto y los conectó con las autopistas nacionales sin pasar por el centro de la ciudad.
“Los planes maestros necesitan reverse continuamente”, señaló en diálogo con Trade News.
-Los avances tecnológicos implican compartir información muchas veces sensibles para los actores…
-Es cierto, hicimos un estudio con el Foro Económico Mundial con automotrices, empresas de electrónica y alimentos y todos manifestaron interés en compartir información, pero sólo en su cadena de suministro, con clientes y proveedores. Y la trazabilidad suele cortarse sobre todo en los eslabones de pymes y en el transporte terrestre.
-¿Quién debe liderar el cambio para terminar con los 10 años de atraso?
-La empresa líder de la cadena, que empiezan con su propia cadena y eslabones de primer nivel, como los grandes supermercados que piden más trazabilidad. Hay una tensión entre exigir y ayudar a digitalizar procesos, pero el gran riesgo es generar economías de dos velocidades, con cadenas de suministros digitalizadas, y por otro lado un montón de pyme que están con menores posibilidades de digitalizarse. Esto genera una brecha grande. Tal vez, cuando hay estas fallas de mercado, tiene que ser el sector público (el que lidere el cambio).
-¿Por qué las empresas globales que operan en América Latina no adoptan las nuevas tecnologías que sí incorporaron en otros mercados?
-Hay grandes automotrices que implementan tecnologías en Brasil y no en la Argentina, o en México y no en otros países. Esto sucede cuando ven que esa inversión no es rentable en esos países, o cuando la mano de obra en esos países es barata. Cuando arrancó la automación en Europa fue justamente para ahorrar costos de mano de obra, problema que todavía no está tan manifiesto en América latina.
-¿Son todavía muy caras las nuevas tecnologías para incorporar, sobre todo en procesos, no tanto en operaciones?
-Todavía son muy caras. Lo más accesible es el RFID o el código de barras. Pero todavía faltan años para que estos desarrollos sean masivos. Por eso es necesario que sean las grandes empresas las que lideren la adopción.