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Hacer teatro con y sobre la comunidad es una colaboración entre el Cornerstone Theatre de Los Ángeles y el Great Plains Theatre Conference de Omaha. Michael John Garcés, director artístico de la Cornerstone Theater Company, está cultivando historias del Sur de Omaha para una obra que está escribiendo para el GPTC PlayFest del próximo año y la serie Neighborhood Tapestries. El dramaturgo/director llevó a cabo un proyecto similar en el 2015 para la conferencia del Metropolitan Community College (MCC).
El teatro enfocado en la comunidad llevado a cabo por el Cornerstone llevó a que Scott Working, instructor de teatro en el MCC que ayuda a coordinar la conferencia, se uniere al instituto de verano de la compañía. Working, quien también es dramaturgo/director, practicó los métodos de la Cornerstone: “Yo aprendí cómo es que ellos participan con la comunidad, sondeando hasta el fondo para encontrar sus historias y representan el panorama de la comunidad en su diseño. Yo también aprendí que una comunidad no necesariamente es geográfica”.
Garcés se ha sumergido en la diversidad étnica del Sur de Omaha. Él moderó los círculos de historias de septiembre durante los cuales personas de diversas comunidades culturales compartieron sus experiencias. Ahora él llevará a cabo más sesiones durante noviembre. Eventualmente, profesionales y no profesionales compartirán el escenario en un trabajo de producción completa que colapsa la barrera entre artista y audiencia. Poder llevar a cabo esto es lo que llevó a Garcés a la Cornerstone.
“El trabajo nos brinda la oportunidad como artistas de en verdad conectar con las personas y con la comunidad en la cual hacemos teatro. Esperamos poder crear un trabajo que sea relevante en la vida de las personas de una forma que sea fresca y emocionante. Yo veo que cuando esto funciona en verdad es muy satisfactorio”.
El material para ello proviene de las historias de las personas.
“En ocasiones es tan sencillo como sentarse a platicar y en otros casos es un poco más laborioso con ejercicios y otras cosas que permitan que nos cuenten sobre sus vidas”, nos comenta Garcés. “Yo busco a los miembros de la comunidad para poder aprender de su experiencia sobre la misma para así poder escribir una obra que espero pueda adentrarse en sus verdades y llegar así a ser auténtica. Mi intención es poder reflejar el espíritu de lo que está pasando hoy en día en el Sur de Omaha al capturar las voces de las personas y presentar algo firmemente basado en la historia”.
Garcés se ha empapado del Sur de Omaha. “Caminé bastante, visitando los restaurantes y negocios, comiendo su comida, platicando con las personas y simplemente pasando el rato. Traté de conocer a las personas bajo el mayor número posible de distintos contextos. Yo me di cuenta de que es un lugar muy colorido en cuanto a sus murales y a los vivid contrastes de coloree y texturas. En particular me fascina la historia y la evolución de las diversas parroquias”, nos comenta.
“Aun cuando las personas se mudan, existe una clara conexión con el Sur de Omaha. La actitud de las personas parece ser ‘el cambio es lo que sucede aquí’. Aunque es un tanto agridulce, las personas están interesadas en lo que está sucediendo ahora y lo que va a suceder”.
El proyecto irá a donde le lleven las historias de las personas, pero Working dijo que existe un enfoque sobre las familias de clase trabajadora y los empresarios. Él comentó que las participantes como Kris Jonyka e Ismara González también hicieron referencia a un problema de identidad cultural a través de las generaciones.
Jonyka nació en un campamento para personas desplazadas en Alemania, después de la Segunda Guerra Mundial. Su familia lituana se asentó en Omaha, en donde su vida se centró en la parroquia de San Antonio. Su culto padre trabajó en plantas de empacado y en la construcción antes de abrir el deli-pastelería de la familia, para después tener una tienda de conveniencia con productos étnicos. A instancia de sus padres, ella obtuvo una educación universitaria y se convirtió en educadora en discurso y debate. Durante dicha travesía, ella perdió su marcado acento que en su momento le ocasionó tristeza.
González batalló al salir de una vida en un pueblo mexicano a una vida en una gran ciudad en los Estados Unidos de Norteamérica después de que su familia decidió emigrar aquí. Ella se irritaba en cuanto a los roles tradicionales que se esperaba que ella siguiera. Su madre sí le motivó a perseguir sus sueños educacionales y empresariales. Ahora como una fisicoculturista y levantadora de pesas en competencias, ella es propietaria del Diamond Gym y de California Produce. Ella planea publicar una revista para promover la salud y la nutrición entre los latinos.
Aunque provienen de circunstancias diferentes, cada familia buscó una mejor vida y trabajó arduamente para ello. Jonyka siente “una conexión” con las poblaciones de inmigrantes y refugiados en el Sur de Omaha. A ella le gustó crecer entre la gran mezcla de culturas en el Sur de Omaha. Las vibras amigables del Sur de Omaha recuerdan a González de su vida en México. Jonyka “espera con ansias” observar lo que presenta Garcés. González siente lo mismo: “Sí, siento curiosidad. Normalmente yo no me abro de esta forma, pero si ayuda a alguien, entonces estoy dispuesta a compartir mi historia. Yo quiero inspirar a las latinas”.
Las mujeres tal vez terminen sobre el escenario. Garcés dijo que mezclar a actores profesionales con quienes no lo son “crea un tipo de alquimia que es muy poderosa. Cuando esa química sucede, es en verdad increíble y emocionante. Es algo que en verdad me gusta del trabajo que hacemos”.
Una lectura pública de esta obra invitará a la retroalimentación antes de su presentación durante el fin de semana del Memorial Day del 2017.
Lea más sobre el trabajo de Leo Adam Biga en leoadambiga.com.[:]