
PHILIPPE E. ALVAREZ THOMEN
DIRECTOR DE NEGOCIOS Y ADMINISTRACIÓN | SERCITEC
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Para “El Mundo de los Negocios”, y demás Multimedios de The Ballester Business & Media Group.
En la industria de la construcción solemos medir el éxito de un proyecto en función de la solidez de sus cimientos, la precisión de sus cálculos estructurales y la calidad de los materiales empleados. Sin embargo, cada vez son más frecuentes los casos de proyectos que, pese a cumplir con altos estándares técnicos, terminan en retrasos, paralizaciones o litigios debido a fallas en el cumplimiento normativo y legal. Esta paradoja nos recuerda que una obra puede ser impecable en lo ingenieril y, al mismo tiempo, un fracaso si no integra adecuadamente el componente regulatorio. La supervisión de obras surge entonces como un puente indispensable entre lo técnico y lo jurídico, garantizando que lo diseñado y construido no solo cumpla con los planos, sino también con la ley. No se trata de un trámite administrativo ni de un gasto accesorio, sino de un ejercicio de control técnico-legal que protege la inversión del desarrollador, la reputación del contratista y la seguridad de la comunidad. Empresas como Servicios Científicos y Técnicos, S.R.L. (SERCITEC), con más de 1,370 proyectos supervisados, han comprobado que el costo de una buena supervisión siempre es menor que el de un error no corregido.
En República Dominicana, la Ley 687 de 1982 y el Reglamento de Supervisión de Obras establecen con claridad la obligación de contar con un supervisor acreditado en cada proyecto. Esta normativa no es un formalismo, sino un marco legal diseñado para proteger tanto al propietario como a la sociedad en general frente a riesgos técnicos, ambientales y de seguridad. La ley exige que el supervisor actúe como representante técnico del propietario ante las autoridades, verificando que la obra cumpla con los planos aprobados, con las normas de construcción y con los permisos vigentes. Al mismo tiempo, atribuye responsabilidades directas a los dueños de obras que omitan esta figura o pretendan sustituir- la con controles internos. En la práctica, muchos proyectos enfrentan sanciones, retrasos o incluso clausuras por incumplir con este requisito, ya sea por supervisiones inexistentes, actas mal llevadas o licencias vencidas.
En SERCITEC hemos acompañado a clientes en procesos de regularización donde la ausencia de supervisión adecuada estuvo a punto de costarles pérdidas millonarias, reconstruyen- do la trazabilidad documental y blindando el proyecto frente a la autoridad, un trabajo siempre más complejo y costoso que haber contado con supervisión desde el inicio.
Una de las confusiones más frecuentes es creer que el contratista o el diseñador cargan con toda la responsabilidad de lo que ocurra en la obra. Nada más lejos de la realidad. El ordenamiento jurídico dominicano, al igual que los modelos internacionales como FIDIC, diferencia con precisión los roles de diseñador, contratista y supervisor. El diseñador responde por la corrección técnica de los planos, el contratista por la ejecución fiel de lo contratado, y el supervisor por garantizar que ambas dimensiones se cumplan conforme a la normativa. Esta triple división evita concentrar responsabilidades, pero también
obliga a que cada parte cumpla con rigor. Cuando ocurre un accidente o se detecta un vicio en la construcción, las responsabilidades pueden ser tanto civiles como penales. Los jueces valoran si el supervisor cumplió con su deber de advertencia, si el contratista ejecutó conforme a planos y si el propietario designó a los profesionales requeridos por la ley. En más de una ocasión, la ausencia de un supervisor acreditado ha derivado en que el dueño asuma consecuencias legales evitables. Aquí radica uno de los valores diferenciales de SERCITEC: no solo supervisamos lo técnico, sino que entendemos profundamente el marco legal, actuando como un amortiguador entre el mundo jurídico y el constructivo.
Más allá de las responsabilidades generales, existen errores administrativos que detienen obras enteras. Uno de los más comunes es el vencimiento de permisos de construcción, lo cual invalida automáticamente las certificaciones de cubicación y bloquea desembolsos financieros.
Otro error frecuente es trabajar con planos no visados o con versiones distintas a las aprobadas, lo que obliga a paralizar proyectos hasta subsanar inconsistencias. En ese tiempo muerto, los costos financieros se disparan y la reputación del promotor se erosiona. La supervisión activa es el mecanismo natural para prevenir estos bloqueos. Un supervisor diligente verifica que cada plano tenga su sello, que las licencias estén al día y que toda modificación sea visada antes de ejecutarse en obra. En SERCITEC hemos sistematizado este control en protocolos internos que aseguran la trazabilidad de cada decisión. Cuando un proyecto cuenta con esta trazabilidad, el expediente técnico satisface a las autoridades y se convierte en un instrumento de defensa en caso de litigio o arbitraje. Por eso afirmamos que cada sello es un seguro y cada acta de supervisión es un blindaje fren- te a reclamaciones. Además, contar con esta trazabilidad desde el inicio evita que el propietario dependa de la memoria de contratistas o técnicos temporales, garantizando una continuidad documental que protege la obra durante toda su vida útil.
La seguridad en obra es otro ámbito donde la supervisión es irremplazable. El Reglamento de Seguridad y Salud en el Trabajo establece que cada empleador debe garantizar condiciones adecuadas, pero es el supervisor quien verifica que se cumplan en la práctica. Desde la colocación de barandillas hasta la manipulación de sustancias químicas, hay riesgos visibles e invisibles que requieren control técnico. El supervisor actúa como garante de que los contratistas no sacrifiquen seguridad en nombre de rapidez o ahorro. En proyectos supervisados por SERCITEC hemos logrado reducir considerablemente la incidencia de accidentes laborales, gracias a protocolos de verificación diaria y coordinación con comités de seguridad en obra. La supervisión no solo protege vidas humanas, sino que reduce la exposición legal del propietario: un accidente grave puede traducirse en demandas millonarias, y el expediente de supervisión es el primer documento que pide un juez. Sin este respaldo, incluso las pólizas de seguros podrían negarse a pagar. Desde el punto de vista de la gestión de riesgos, supervisar equivale a fortalecer el sistema de cumplimiento normativo del propietario, alineando lo técnico con lo legal.
A pesar de todo esto, en la práctica aún existe la percepción de que la supervisión es un “extra” prescindible. Muchos inversionistas asumen que con un buen contratista y un buen diseñador basta, pero la experiencia demuestra lo contrario. En la mayoría de los casos, las fallas surgen no en el diseño ni en la construcción, sino en la falta de control intermedio. Los contratos FIDIC, ampliamente utilizados a nivel internacional, establecen con claridad el rol del “Engineer” como super- visor independiente, precisamente para equilibrar intereses y evitar abusos. En República Dominicana, aunque la Ley 687 exige super- visión, la cultura de algunos sectores sigue resistiéndose a pagar por este servicio. Las consecuencias de esa omisión son claras: proyectos paralizados por órdenes municipales, edificaciones rechazadas por aseguradoras e incluso litigios por vicios ocultos que terminan costando varias veces más que la supervisión omitida. En SERCITEC hemos sido testigos de proyectos donde la falta de supervisión provocó pérdidas millonarias y donde nuestra
intervención posterior logró estabilizar la situación, aunque siempre con un costo mayor para el propietario. Por eso insistimos en que supervisar es invertir en prevención, un se- guro que no se mide en lo que cuesta, sino en lo que evita. A diferencia de otros actores del mercado, SERCITEC cuenta con equipos especializados en cada rama —estructuras, electricidad, mecánica, climatización, acabados, medioambiente y seguridad ocupacional—, lo que nos permite supervisar integralmente todas las facetas de un proyecto.
Las lecciones aprendidas tras más de 1,370 proyectos refuerzan esta visión. En retail, la supervisión evita pérdidas millonarias por retrasos en aperturas; en parques industria- les garantiza compactación de suelos y evita hundimientos; en hospitales asegura que sistemas críticos funcionen bajo normativas internacionales; y en hoteles permite cumplir estándares de calidad exigidos por cadenas globales. En cada caso, supervisar ha significado anticiparse, prevenir el error antes de que ocurra, reducir riesgos invisibles y proteger la inversión frente a consecuencias legales, financieras o reputacionales. Lo interesante es que, en retrospectiva, los propietarios que dudaron inicialmente en contratar supervisión terminan reconociendo que fue su mejor inversión. Y lo reconocen no solo por evitar pérdidas, sino porque un proyecto bien supervisado transmite confianza a socios, financistas, aseguradoras y autoridades, generando un valor intangible que se traduce en reputación y en oportunidades de negocio. En SERCITEC lo hemos visto de primera mano: una obra que cumple a cabalidad con lo técnico y lo legal se convierte en la mejor carta de presentación de cualquier inversionista.
La conclusión es clara: una obra sin supervisión es una obra vulnerable. No importa el tamaño ni el presupuesto, los riesgos no discriminan. Supervisar equivale a blindar: frente a errores técnicos, incumplimientos legales y pérdidas financieras. Su valor trasciende lo normativo y se convierte en la diferencia entre proyectos que generan confianza y proyectos que terminan en conflicto. Los modelos FIDIC y los bancos multilaterales lo tienen claro:
Ninguna inversión seria avanza sin un super- visor independiente que proteja al propietario. Esta es la visión que en SERCITEC hemos aplicado en nuestros 1,370 proyectos, trabajan- do con clientes locales y multinacionales que confían en nuestra capacidad de documentar, anticipar y resolver. Los resultados no solo han sido cumplir con cronogramas y presupuestos, sino construir relaciones duraderas basadas en confianza. Por eso, antes de iniciar cualquier proyecto, la decisión es simple: con- tratar supervisión no es un gasto, es un ahorro diferido que multiplica cada peso invertido. En SERCITEC estamos a la orden para acompañar ese proceso con el mismo nivel de rigurosidad técnica y respaldo legal que nos ha caracterizado durante más de 60 años. Nuestra diferencia está en que podemos supervisar todas las áreas técnicas de un proyecto completo, integrando la mirada legal, documental y de cumplimiento con la experiencia de campo. Esa combinación es lo que nos ha permitido ser, durante décadas, un aliado estratégico confiable para quienes entienden que construir bien es construir en regla.
Servicios Científicos y Técnicos, S.R.L. (SERCITEC) es una firma dominicana con más de 1,300 proyectos ejecutados y más de 170 clientes en múltiples sectores, consolidándonos como un aliado estratégico para empresas nacionales e internacionales. Contamos con un equipo multidisciplinario de más de 40 profesionales que nos permite ofrecer so- luciones integrales en diseño, supervisión de obras, ejecución de proyectos, gestión ambiental, asesoría legal técnica y permisología, así como en licitaciones y administración de la construcción. Nuestro enfoque combina in- novación, rigurosidad técnica y compromiso con la excelencia, garantizando altos están- dares de calidad, seguridad y cumplimiento en cada fase del proyecto. Hemos participado en desarrollos emblemáticos de energía, salud, retail, zonas francas e industrias de alta tecnología, aportando eficiencia y control en todas sus etapas. Si desea conocer más sobre cómo podemos apoyar sus proyectos, puede contactarnos a través de nuestras plataformas oficiales o escribirnos directamente a [email protected].



