Los datos ofrecidos por representantes de organizaciones vinculadas indican que el impacto no es tan pronunciado
A juzgar por informaciones que ofrecen representantes de asociaciones que agrupan a productores de piña, banano, cacao y mango, el efecto de la pandemia sobre las exportaciones de algunos de ellos no fue demasiado dramática entre marzo y mayo para República Dominicana.
Y todo indica en junio el panorama “pinta mejor”, conforme que vaya caminando el nivel reapertura económica.
En el caso del banano, un factor favorable ha sido que los barcos de cargas han seguido operando; en el caso del cacao el tiempo que lleva la pandemia y las medidas de distanciamiento físico y el cierre de las fronteras del país han sido aprovechados para hacer la recolecta, contando aún con tiempo para enviar el producto al exterior. En cuanto a la piña se han obtenido alternativas para los envíos y en el caso del mango, si bien no se ha encontrado una salida total del volumen, tampoco es que se perdió todo lo producido. De los cuatro rubros citados el mango es posiblemente el más golpeado, en lo referente a las exportaciones. Pero también el sector de vegetales chinos y vegetales orientales ha encontrado trabas en el camino, tomando en cuenta que cuando estos no pueden exportarse por avión (transporte que está limitado), entonces venderlos fuera se dificulta.
En el aguacate el impacto ha sido menos fuerte, porque la mayor oferta de la fruta (70%) se da entre junio y noviembre, lo que indica que los exportadores tienen oportunidades en el camino.
La Asociación Dominicana de Productores de Banano (Adobanano), le dijo a elCaribe -a través de su presidente Salvador Estévez- que las exportaciones no se han interrumpido en el tiempo de la pandemia por coronavirus (COVID-19) y que se ha seguido exportando de acuerdo con la demanda que tienen los mercados receptores. “No hay una interrupción por la pandemia”, aseguró. Los bananeros envían semanalmente al mercado internacional alrededor 350 contenedores.
Mientras, el productor y exportador de piña Fabio Giuntoli sostiene que en el caso de las exportaciones vía aérea, el hecho de que haya suspensiones ha afectado. “Hace treinta años que yo exporto piña por avión y hay clientes de toda la vida, que están en lugares como Italia. Al suspenderse los vuelos, en adición a las dificultades del momento, de lo que trae una pandemia, una emergencia, tú no encuentras cómo enviar por avión.
Adicionalmente se cae la demanda de golpe”, explica. Giuntoli exporta la piña que se produce, por ejemplo, en Cevicos, provincia Sánchez Ramírez.
Dijo que a nivel general ha habido problemas (no solo en el caso de las exportaciones de productos agrícolas, sino en la vida misma), por cuestiones de logística y de demanda. “Pero quizás ha sido menos grave de lo que a primera vista pudo haber sido y pareció que sería. Ésto, en el sentido de que quienes exportamos por avión, hemos aprovechado esos aviones que vienen en vuelos chárter a traer mascarillas o medicina. Si un avión viene, por ejemplo, de Israel a traer material médico, entonces de regreso mandamos en él mucha piña. De hecho, en dos ocasiones se ha llevado una cantidad grande de piña y lo propio se ha hecho en aviones que van a otras naciones”, informó.
La media tragedia
Desde el punto de vista Giuntoli, en lo que respecta a la exportación de piña, ha sido una “media tragedia” y no una tragedia completa, porque los exportadores se han movido y han encontrado alternativas, llenando cualquier hoyo que se haya presentado. Eso que explica quiere decir que la piña no se ha perdido.
Giuntoli prefiere no aventurarse a pronosticar lo que ocurrirá a futuro en lo referente al tema de las exportaciones, porque eso no lo sabe nadie, especialmente porque la pandemia no ha terminado. “El futuro será como la lotería, pero va a ser complicada la cosa”, sostuvo. “Los exportadores de banano nunca han dejado hacerlo porque para eso se usa barcos y normalmente las compañías que mueven esa fruta tienen facilidades con los barcos. No quiere decir que sean de ellos los dueños de los barcos, pero tienen facilidades”, dijo Giuntoli.
El inicio de la cosecha y la llegada del virus juntos
En el caso del mango, la cosecha en el país se inicia en marzo con las variedades criollas, sobresaliendo el tipo mingolo, que se ha colocado en el segundo lugar entre las variedades de exportación, cuyo destino principal es el mercado de Estados Unidos.
Este año el inicio de la cosecha coincidió con la aparición de la pandemia por COVID-19, lo que ha provocado inconvenientes que han obstaculizado el desarrollo normal de las exportaciones. Entre ellas, el presidente del Clúster de Mango, Rafael Leger, cita la suspensión total de los vuelos hacia el continente europeo y que en el mercado de Estados Unidos se presentó una baja de la demanda de frutas en marzo y abril. “Pero ya se normalizó el envío.
“Se puede estimar que, de la producción de esos meses, solo se pudo exportar el 40%, considerando que, entre las pérdidas y las ventas en el mercado local, la cápita fue de un 60%”, calculó.
“Lo aprovechamos para ir recolectando el cacao”
El gerente general de Gerencia 7 de la Confederación Nacional de Cacaocultores Dominicanos (Conacado), Jesús María Mosquea, asegura que la pandemia no ha representado un trauma para los productores y menos para las exportaciones. “Para la recolección ha habido el elemento favorable de que se cuenta con mayor disponibilidad de mano de obra”, explicó.
Y agregó: “En cuanto a las exportaciones, nosotros no pudiéramos decir que ha habido un gran efecto, porque mientras hemos tenido el problema del virus y las medidas de cierre de fronteras, lo que se ha estado haciendo es cosechando el cacao, un cacao que seguramente tendremos tiempo para exportar. Tampoco podemos decir que hubo una paralización total de las exportaciones de esta fruta, porque se han podido hacer envíos por barco”.
Mosquea tiene grandes expectativas de que en el futuro “esto será mejor”.