República Dominicana ha tenido un intercambio comercial con la República Popular China desde hace décadas, pero fue en mayo del año pasado que decidió establecer relaciones diplomáticas con esa nación, tras romper con Taiwán. De esta forma, se inicia una etapa con mayores facilidades para el comercio bilateral que, a su vez, potencia las posibilidades de recibir en el país inversiones del gigante asiático.
Fomentar sus relaciones con uno de los mercados que, por su dimensión, crecimiento, accesibilidad a través de medios tecnológicos y el comportamiento de sus consumidores en diversas categorías, abre un sinnúmero de oportunidades de expansión y crecimiento para distintas empresas y sectores del país, indica el experto en negocios internacionales, Ransis García Sabater.
Resalta que República Dominicana puede percibir, además de un incremento en los flujos comerciales, beneficios para aprovechar otros nichos de mercado que favorezcan las exportaciones de productos nacionales hacia China.
Gran parte de la competitividad que demuestra el país asiático está basada en su capacidad de entrega y en los precios de los productos. Orientar las importaciones e inversiones de esta nación para sectores productivos es un reto para el país y una estrategia favorable para las industrias, asegura.
El sector zonas francas busca “precisamente esto: materiales, productos, maquinaria y materia prima que cumplan con ciertos estándares bajo los mejores precios”, dice el analista. Precisa que además de abastecer este sector, es una oportunidad para canalizar inversiones en parques de zonas francas.
Recuerda que en materia de importaciones, China siempre ha sido un importante socio comercial de República Dominicana, “ya que importamos mucho y exportamos casi nada”.
En ese sentido, Celso Juan Marranzini, presidente de la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD), indica que el país debe analizar de manera holística el potencial de negocio existente en esta nación.
El sector Zonas Francas pasaría a jugar un rol importante para darle un giro a los volúmenes de exportación y convertir el país en receptor de materia prima para la elaboración de productos chinos de exportación, expone.
Balanza comercial con China
La balanza comercial de República Dominicana con China alcanzó los US$9,995.02 millones entre 2015 y 2018, según la Dirección General de Aduanas (DGA). El régimen nacional movilizó unos US$8,876.2 millones, el 88.80% del total de la balanza.
El 97.0% de este bloque, correspondiente a US$8,612.06 millones, fue por importaciones y el 2.97% por exportación.
El comercio por régimen zonas francas registró US$1,075.91 millones, para un 10.76% de la balanza, el 87.7% en compras que ascendieron a unos US$939.04 millones y el 12.72% en ventas del país a China por US$136.87 millones.
La DGA registró las exportaciones a agosto de 2019 en US$183.32 millones y las importaciones en US$2,017.07 millones para un total de US$2,200.39 millones, unos US$1,938.72 millones más que lo comercializado en igual período de 2018, cuando los montos alcanzaron US$261.67 millones.
“Los volúmenes de exportación siguen siendo bajos, por lo que se traduce en comercio de un solo lado”, sostiene el economista Pavel Isa Contreras, quien coincide con Ramsis García en ver las negociaciones como una ventaja de negocios para otras áreas.
Isa Contreras señala que el país importa cerca de US$2,500 millones de dólares al año desde China y solo exporta unos US$200 millones. “Esas cantidades son sumamente distanciadas”.
Indica que el país debe, “necesariamente”, seguir dándole calor a las negociaciones con China, “porque es uno de los incentivos más importantes para establecer relaciones políticas y diplomáticas que a su vez permitirían fortalecer lazos económicos que apoyen la expansión del comercio y las inversiones”.
Visión estratégica
Un ejemplo para aprovechar nicho de mercado en China, según los expertos, son las exportaciones de productos artesanales. Además, fomentar la venta de cacao orgánico, ron y tabaco.
Sobre este tema Marranzini pondera la necesidad de que el país inicie una estrategia que innove en las industrias nacionales y genere más empleos, mayores ingresos fiscales y que atraiga inversiones internacionales para fomento de las exportaciones.
“Estamos obligados, a elaborar y desarrollar una visión estratégica de nuestras relaciones comerciales. Además, estamos llamados a pensar continuamente sobre nuestros objetivos en términos de inversiones, empleos, exportaciones, tecnología y cooperación”.
Marranzini asegura que “el reto es identificar y explotar nichos de mercado donde la industria nacional tenga potencialidades y ventajas, lo cual es una tarea que debe ser abordada de modo permanente, sistemático, y en conjunto”.
Para lograr eso, García destaca dos de los elementos que favorecen a República Dominicana y por los que nueve de 30 fabricantes mundiales de dispositivos médicos se instalaron en el país, son la cercanía con otros países de la región y la disponibilidad del transporte.
Pondera que el portafolio nacional a la hora de presentar localidades para instalación de nuevas multinacionales debe incluir esas características junto a la fuerza de trabajo disponible para operaciones de manufactura y ensamblaje.
Si bien ese tipo de empresas incrementa, en primer lugar, importaciones de materia prima, Marranzini aclara que se trata de abrir camino a las exportaciones de bienes y servicios que “tanto necesita nuestro país para convertirse en una potencia en generación de divisas y oportunidades para los dominicanos”.
“Guerra comercial”
La Guerra comercial entre Estados Unidos y China abre otra brecha para el país. No se trata de aprovecharse de la situación en la que se encuentra una de las dos potencias, sino de analizar cuáles aspectos podrían favorecer a las industrias dominicanas.
Hay dos sectores en los que tanto Estados Unidos como China quieren ser líderes mundiales: la inteligencia artificial (aprendizaje automático) y las telecomunicaciones (sobre todo las de redes 5G).
Los expertos en materia económica y negocios internacionales analizan la situación “como una oportunidad de oro” para ofrecer al mercado chino localidades dominicanas.
Destacan la posibilidad de que su materia prima sea procesada en parques de zonas francas dominicanos y convertida en productos de exportación para el país norteamericano, sin afectar los intereses de ninguno de los dos países en conflicto comercial.
Pero, Pavel Isa recomienda tener cuidado con el tema y la forma de abordarlo. “Hay que tener tacto, porque el país podría ser considerado como enlace utilizado por los chinos para el envió de productos a Estado Unidos y además se estarían violentando los regímenes interpuestos”.
Multilateralidad
Ambos países gozan de los beneficios de la multilateralidad, ya que forman parte de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Esto quiere decir que, dentro del marco de la OMC, tienen obligaciones, como la aplicación de los principios de Nación Más Favorecida (NMF) y de Trato Nacional. Además, el tratamiento que el país le da a los productos chinos es el mismo tratamiento que le da a cualquier otro país miembro de la OMC.
Esto favorece la ejecución de 18 acuerdos de cooperación en materia comercial, financiera, turística, migratoria, educativa, agrícola, deportiva, aeronavegación, entre otros, firmados por el presidente dominicano Danilo Medina, y su homólogo Chino, Xi Jinping.
Las relaciones han logrado impactar diversos sectores, entre ellos el de la agricultura que ha logrado iniciar un proceso de validación sanitaria para exportar productos locales hacia la nación asiática, esto contribuirá a disminuir el déficit comercial en la balanza de República Dominicana, expresa el economista Pavel Isa Contreras.