En 1872, el líder anarquista Mijail Bakunin advirtió a Karl Marx que si los comunistas llegaban al poder serian tan represores como los aristócratas a los subsistirían.

Por Oscar Müller

En cierta ocasión en una amena charla con un sacerdote jesuita que convivió con los rarámuri en la Sierra Tarahumara durante décadas vino a colación el tema de las sanciones que se imponían a quienes violentaban las reglas jurídicas de convivencia y el sistema de juicios que tenían, derivado de la costumbre, los castigos no son algo que fuera compatible con nuestra concepción de Derechos Humanos, pues muchas veces implican sufrimiento físico, como azotes  en algunos casos atar los brazos del individuo en una vara larga que los deja paralelos al cuerpo y dejarlo así por horas o en ocasiones días, encerrado en un cuarto.

Me explicaba aquel sacerdote que el peor castigo no era el impuesto por la autoridad, sino el que venía directamente del grupo al que pertenecía, pues si el hecho cometido era grave como abuso de la fuerza, violación u otro de índole similar, la comunidad dejaba de convivir con el perpetrador, no le hablaban ni convivían con él y como suelen ser comunidades pequeñas que muchas veces no superan los cien individuos y todas están comunicadas entre sí, el individuo se veía obligado a desterrar  perder así el contacto con su comunidad.

No hace mucho comentando con un amigo mencionaba que el Derecho Internacional está incompleto pues carece de un sistema que imponga a los países sanciones por los actos de violación a las reglas jurídicas que rigen la relación entre naciones, aunque, a mi parecer, si tienen una cualidad que les atribuye el carácter de jurídicas: son vinculatorias, con esto quiero decir, que la comunidad internacional no pone en duda la obligatoriedad de esas normas ni tampoco lo indebido de la violación de estas.

Es evidente que la alusión anterior la hago por la situación que se acaba de presentar entre México y Ecuador en esta última semana.

Los hechos se presentan de la siguiente manera: en la época que Rafael Correa fuera presidente de Ecuador y representara un gobierno de tinte socialista (1907-1917) Jorge Glas fue su vicepresidente y luego de concluir su puesto, fue sometido a escrutinio y proceso penal, siendo condenado en 2017 a 6 años de prisión por hechos relacionados con aquella empresa del ramo de la construcción Odebrecht. Al concluir su periodo de cárcel ya tenía nuevas órdenes de detención por hechos de corrupción y antes de que las autoridades ecuatorianas pudieran detenerle, se refugió en la embajada de México en aquel país y solicito asilo argumentando persecución política.

El gobierno de Ecuador cuyo titular es Daniel Noboa, por las vías diplomáticas solicito a México le hiciera entrega de Jorge Glas, pero ante la negativa de México las relaciones se fueron tensando y el presidente de México en su rutinaria conferencia insinúo que la muerte del candidato a la presidencia, Villavicencio, había ayudado a que Noboa ganara las elecciones, esta velada alusión a la posible complicidad del actual presidente ecuatoriano con el asesinato de su rival vino a restirar más la cuerda y la respuesta del gobierno de ecuador fue declarar persona “no grata”  a la embajadora de México y solicitar su inmediata salida del país. Lo cual se hizo.

El viernes pasado la policía ecuatoriana escaló las bardas y rejas de la embajada de México y, en uso de la fuerza, se llevó a Jorge Glas; esto detonó que México rompiese relaciones diplomáticas con Ecuador.

Veamos ahora las normas de Derecho Internacional que regulan esta situación y que han sido adoptadas por ambos países:

La Convención Sobre Asilo Político de 1933, que menciona en su artículo 1 que: “No es lícito a los Estados dar asilo en legaciones, naves de guerra, campamentos o aeronaves militares, a los inculpados de delitos comunes que estuvieren procesados en forma o que hubieren sido condenados por tribunales ordinarios, así como tampoco a los desertores de tierra y mar. Las personas mencionadas en el párrafo precedente que se refugiaren en algunos de los lugares señalados en él, deberán ser entregados tan pronto lo requiera el Gobierno local.”

Lo anterior pudiera dar pauta para deducir que México violentó dicho artículo al dar asilo a Jorge Glas pues este había sido ya condenado por la justicia ecuatoriana; sin embargo el artículo2 de esa convención menciona que: La calificación de la delincuencia política corresponde al Estado que presta el asilo.

De lo anterior pudiera deducirse que México estaba en su derecho de considerar a Jorge Glas como perseguido político y por consecuencia hacer procedente el derecho de asilo, algo similar a lo que hizo con Evo Morales, Álvaro García y Gabriela Montañez, de Bolivia a quien arrebató de la justicia de ese país enviando un avión de la Fuerza Aérea Mexicana.

Por otro lado, se observa que el territorio en que se encuentra una embajada es inviolable, según se establece en la Convención De Viena Sobre Relaciones diplomáticas de 1961, norma adoptada también por ambos países. Que prescribe que “. Los locales de la misión son inviolables. Los agentes del Estado receptor no podrán penetrar en ellos sin consentimiento del jefe de la misión.” Aquí por misión se entiende embajada o consulado o cualquiera otra figura que implique la representación diplomática de un país en otro al que se le identifica como Estado receptor.

La comunidad internacional ha considerado que lo hecho por Ecuador es muy grave y México ha amenazado con acudir ante la Corte Internacional de Justicia y dentro de Ecuador la detención ilegal posiblemente traiga consecuencias que influyan en las decisiones de los jueces

Así ante una norma vinculatoria Ecuador ha quedado como violador del derecho internacional ante los países del mundo siendo muy posible que venga rechazo a Ecuador que puede consistir en la falta de cooperación tanto de los Estados de la Comunidad Internacional como de las empresas que han invertido o pretendieran invertir en ese país.

El domingo dos de junio, se van a llevar a cabo elecciones en México. Tú participación es muy importante, pues la democracia se construye con un voto a la vez y es la herramienta con la que contamos para lograr un mejor México. Nuestros paisanos en el extranjero tienen ahora una gran decisión para lograr que quienes continuamos nuestro país podamos ir reconstruyendo la gran nación que hemos heredado.

 

Oscar Müller Creel

Oscar Müller Creel