Nueva York es conocida como la ciudad de los sueños, la gran manzana que atrae a millones de personas de todo el mundo que buscan una vida mejor. Sin embargo, en los últimos meses, la ciudad se ha convertido también en el destino de miles de migrantes que llegan desde América Latina huyendo de la pobreza, la violencia y la represión pero que al llegar están encontrando un panorama muy diferente al que soñaban, la grandeza de New York está tambaleando no solo por la crisis migratoria sino por el alto costo de vida y el éxodo masivo de residentes a otros estados.

Según las autoridades locales, más de 22.000 migrantes han llegado a Nueva York desde abril pasado, la mayoría de ellos venezolanos que escapan del colapso económico y político de su país. Otros provienen de Centroamérica, donde las pandillas y el narcotráfico amenazan su seguridad, solo se suman a los que provienen de casi todos los países del continente.

La mayoría cruzan la frontera sur de Estados Unidos, a menudo con la ayuda de coyotes o traficantes de personas y luego viajan en autobuses hasta Nueva York, donde esperan solicitar asilo o algún otro tipo de protección humanitaria, sin embargo, al llegar a la ciudad se encuentran con una realidad difícil: no tienen familiares ni amigos que los reciban, no hablan inglés, no tienen documentos ni recursos económicos y deben enfrentarse al frío y al alto costo de vida.

Para atender esta situación, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, declaró el estado de emergencia a principios de octubre y habilitó varios hoteles y refugios para alojar a los migrantes mientras se resuelve su situación legal. También se han activado servicios sociales, médicos y educativos para brindarles asistencia, estas medidas no han sido suficientes para cubrir las necesidades de los miles de migrantes que siguen llegando cada semana a la ciudad. Además, han generado críticas por parte de algunos sectores antiinmigrantes que consideran que se está gastando demasiado dinero público en personas que no son ciudadanas ni residentes legales, estos grupos radicales han tomado cada vez más y más fuerza y han logrado calar en la mente de muchos ciudadanos que consideran que la crisis se debe únicamente al fenómeno migratorio lo cual no es real, la ciudad ya estaba en estado de crisis desde hace años.

Aprovechando esto, algunos gobiernos estatales republicanos han aprovechado la crisis para enviar más autobuses con migrantes a Nueva York, con el fin de presionar al gobierno federal demócrata para que tome medidas más duras en materia migratoria.

Los migrantes se encuentran en una situación de incertidumbre y vulnerabilidad pero nada está deteniendo que cada día llegue más. Algunos relatan las penurias que pasaron para llegar a Estados Unidos, como caminar por la selva, cruzar el río Bravo o ser víctimas de robos y extorsiones. Otros expresan su gratitud por la acogida que han recibido en Nueva York y su esperanza por construir un futuro mejor y otros se han dedicado a pelear, levantar la voz y sortear el desespero de no encontrar aquel “sueño americano”.

La ciudad sigue tratando de conservar esa imagen de símbolo de libertad y diversidad para muchos migrantes que ven en ella una oportunidad para empezar de nuevo, pero hay que replantear muchos esfuerzos porque mientras el país siga polarizado en cuanto al tema migratorio, es difícil que esta situación vea una salida.

La ley de DeSantis en Florida hace que migrantes indocumentados abandones Florida.

La situación de los migrantes en Nueva York podría complicarse aún más por una nueva ley que ha impulsado el gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, quien a propósito tiene ancestros inmigrantes italianos. Se trata de una medida que busca castigar con hasta 15 años de cárcel a quien transporte o aloje a inmigrantes indocumentados en ese estado.

Esta ley contempla multas a los empleadores que contraten a indocumentados y prohíbe a las ciudades declararse santuario o limitar su cooperación con las autoridades federales de inmigración.

DeSantis ha dicho que su objetivo es “proteger a los estadounidenses de los efectos nocivos de la agenda de fronteras abiertas de la izquierda” y ha criticado duramente al gobierno de Biden por su supuesta falta de control.
Por ahora, varios videos inundan Internet sobre empleadores quejándose de que los trabajadores abandonaron sus puestos para dejar el estado.

Felipe Szarruk

Felipe Szarruk