El colombiano es optimista, siempre ve el vaso medio lleno, siempre guarda la esperanza a pesar de los malos ratos y las horas oscuras, pero puede que esa visión cambié muy pronto por lo que está sucediendo en la actualidad en el país, pero sobre todo en su capital: Bogotá.

Colombia está en una situación de necesidad extrema y al parecer nadie, ni siquiera los propios colombianos se han dado cuenta pero la verdad es que el país se está haciendo invivible y para ser más concretos, Bogotá, una ciudad con más de siete millones de personas, que es mayor población que muchos países, atraviesa una crisis no solo de violencia extrema de la que ya se ha hablado mucho y que no se puede frenar, sino que sus habitantes están pasando por muchos trabajos para poder almorzar, vivir y moverse en ella.

Una comparativa: Cuando yo viajo a Nueva York mi presupuesto para una semana de mercado es de US$35 dólares, el peso colombiano está tan devaluado que un dólar en este momento equivale a . Estos US$35 dólares los distribuyo de la siguiente manera: Una bandeja de pollo con unas doce piezas con costo aproximado de US$5 dólares, una bandeja de cerdo con unas seis piezas por US$5 dólares, tres gaseosas generalmente en promoción por US$5 dólares, huevos por US$4, arroz, verduras, algún embutido y latas de frijol y conservas con el resto. Me alcanza perfecto.

En Bogotá no, en Bogotá en supermercados populares que supuestamente son “económicos”, el aproximado para un almuerzo de un hogar promedio son 10 dólares. ¿Cuál es la diferencia? La diferencia no es solo que la comida está más barata en una de las ciudades más caras del planeta y de mejor calidad, sino que el sueldo en Colombia son un poco más de 200 dólares mensuales por una jornada de 8 horas laborales diarias mientras que el de USA es US$15, sencillamente incomparable e incomprensible.

En Bogotá todo cuesta al menos dos o tres veces lo que cuesta en Los Estados Unidos y otros países del “primer mundo”, los electrodomésticos, los autos, la ropa, etc. Lo único que se mantiene por debajo de esta línea son los arriendos en algunas partes de la ciudad, por que en los barrios de estratos altos son iguales o más caros, ni la educación se salva, para comparar, un doctorado en la universidad pública vale alrededor de US$3.500 dólares el año comparado con los US$400 que puede costar en España o la gratuidad en Alemania y otros lugares, sin contar que la educación del país es de las peores del planeta según las pruebas Pisa, si hablamos de un doctorado en una universidad privada puede costar más que en las de USA, Londres o Canadá.

¿Cómo puede ser posible? No lo sé, no entiendo el sistema colombiano que funciona como un capitalismo feudal en donde hay un puñado de empresarios que son dueños de todo y el resto son sus empleados, pero este es un aviso para hacer un llamado al análisis porque no todos los colombianos tienen la oportunidad de salir del país para buscar una mejor calidad de vida, y no hablo de lujos o artículos costosos, hablo de buscar comida, educación, salud, pero sobre todo tranquilidad, poder salir a la calle sin sentir que lo van a asesinar. Y tal vez Nueva York no sea el mejor destino para buscar esto, pero sí otras partes del planeta a donde muchos están yendo para conseguir una vida, un estatus y sobre todo el capital para salir del país para llevar a su familia porque hacerlo en el país de manera honesta es casi imposible, un pasaje a Europa ronda los cuatro millones de pesos, es decir alrededor de mil dólares, casi cinco meses de sueldo para un colombiano promedio, hagan cuentas de lo que supone mover una pareja con dos hijos, en resumen, los colombianos del promedio estamos atascados y muertos de hambre, comprando comida traída de muchas partes del mundo de una calidad bastante cuestionable, en un país que se supone que lo que mejor tiene es su naturaleza y su biodiversidad.
¿Será que los colombianos somos demasiado permisivos y sumisos con lo que nos hacen? Es un territorio en donde solo se puede comerciar y las carreras sociales o humanísticas producen solo personas pobres, inteligentes, pero pobres.

Tratemos de responder estas preguntas mientras todo sube, los precios, la pobreza, la violencia, la corrupción, las muertes… menos los sueldos.

Foto de Leonardo Jarro en Pexels.

Felipe Szarruk

Felipe Szarruk