En medio de las conversaciones cotidianas y las interacciones en línea, a menudo nos vemos inmersos en debates que nos llevan a posiciones extremas y a juicios precipitados. Pero en medio de todo esto, hay una realidad que merece nuestra atención y comprensión: la situación en Palestina.
Las palabras pueden ser poderosas, pero también pueden ser hirientes cuando se lanzan sin conocimiento o comprensión. Es por eso que me siento impulsado a compartir una parte de mi historia familiar, que es un recordatorio de la complejidad y la sensibilidad de los temas que rodean a Palestina.
Mi bisabuelo, era palestino, mi bisabuela también y lo más irónico es que por la linea paterna desciendo de judíos sefarditas, tuve una pareja judía durante años y la quise mucho, viví en Israel un tiempo. La historia de mi familia refleja una realidad que muchos ignoran o minimizan: la existencia de un estado palestino que ha sido ocupado y tomado, generando un conflicto que perdura hasta el día de hoy, sí existió un país, un Estado llamado Palestina en donde nació mi familia desde mis bisabuelos para atrás y el Estado que conocemos como Israel fue impuesto después de la segunda guerra mundial. Entonces se trata de no negar una realidad que así no les guste a muchos, es la realidad.
Es fácil caer en el hábito de opinar sin entender completamente las complejidades de una situación, especialmente cuando se trata de temas tan delicados como la ocupación y el conflicto en Oriente Medio. Pero antes de abrir la boca para emitir juicios, es crucial informarse y reflexionar sobre el contexto histórico y político que ha dado forma a esta realidad, porque veo que la gente no tiene filtros a la hora de abrir la boca y soltar opiniones sin tener contexto y sobretodo cuando países como los nuestros, sea Los Estados Unidos, Colombia, El Salvador, etc. Tienen profundos problemas sociales que resolver. Pareciera que todos saben ordenar la casa de los demás menos la propia.
El llamado que quiero hacer es a la empatía y la comprensión. No se trata de tomar partido o de convertirnos en expertos en geopolítica, sino de reconocer el sufrimiento humano y la injusticia que prevalece en Palestina. Se trata de entender que detrás de cada cifra de víctimas hay historias de familias destrozadas, de vidas arruinadas por la violencia y la opresión, es cierto que hay detonantes pero ustedes no pueden comparar el ignorante atentado que hizo Hamás con una eliminación sistemática de un pueblo, Israel tiene un poderío militar mucho más grande que Hamás y ellos no están peleando como un ejército, porque Palestina hoy no es reconocido como Estado por muchos países y por eso no pueden decir que “están en guerra”.
No se trata de poner a las religiones como argumento, sino de reconocer el derecho fundamental de todas las personas, independientemente de su origen étnico o religioso, a vivir en paz y seguridad en su tierra natal. Es un llamado a la solidaridad y al compromiso con la justicia, tanto en Palestina como en cualquier parte del mundo donde se enfrenten situaciones similares de injusticia y opresión, justo como en nuestras casas.
Es hora de dejar de lado los prejuicios y las simplificaciones, y de comprometernos verdaderamente con la búsqueda de soluciones pacíficas y justas para todos los involucrados. Es hora de exigir un mundo donde todos tengan acceso a un hogar decente, a la salud, a la educación y al amor. Pero también es hora de recordar que, antes de buscar cambiar el mundo, debemos ocuparnos de arreglar nuestra propia casa, de atender las necesidades de los más vulnerables en nuestra propia sociedad.
Es solo una reflexión, pero con la esperanza de que inspire un diálogo más informado y compasivo sobre una realidad que merece nuestra atención y acción. Porque al final del día, todos merecemos un hogar y una vida digna, aquí y en cualquier parte del mundo.
Por: Felipe Szarruk
PhD© en Periodismo Universidad Complutense de Madrid
Magister en Estudios Artísticos Facultad de Artes ASAB
(Publicado originalmente en la red de medios hispanos de Los Estados Unidos HISPANIC DIGITAL NETWORK)