Logros y retos del sector industrial dominicano

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El 2019 constituyó un año en que la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD) trabajó intensamente para mejorar el marco para la competitividad y el clima de negocios, un año de diálogo y búsqueda de consensos, un año en que la economía circular se hizo un tema cotidiano, abriendo así la puerta a un nuevo modelo de producir y consumir.

Siguió siendo –al igual que 2018- un año de preocupación por las exportaciones y, en esa misma dirección, de fomento de los encadenamientos y de desarrollo de nuevos proyectos de asistencia técnica que aportarán a todo el sector industrial en su camino hacia la sostenibilidad.

La AIRD valora como positiva la estabilidad que exhibe la economía dominicana, pero también que se evidenció en el presente año que algunos indicadores económicos son vulnerables a las incertidumbres políticas y a las debilidades institucionales que todavía deben ser superadas.

Un elemento importante a destacar positivamente es la voluntad de diálogo y búsqueda de consensos de las autoridades con el sector privado. Esta voluntad de diálogo se manifestó en diferentes instancias como el Senado de la República (y por eso la AIRD reconoció a su Comisión Permanente de Industria, Comercio y Zonas Francas); el Consejo Nacional de Competitividad, en el cual se aprobaron un conjunto de medidas que benefician el desarrollo del sector. Así como también con la Dirección General de Aduanas, la Dirección General de Impuestos Internos, el Infotep, entre otras.

La Asociación de Industrias, con el apoyo financiero del BID-Lab y en conjunto con EcoRed, Adiplast, Asibenas y Adocem, está impulsando el desarrollo de la economía circular en el país, iniciando con planes pilotos en el sector de la construcción y de botellas de plástico. Es una buena noticia para el sector y para el país. Enero traerá la puesta en marcha de lo que se ha ido definiendo.

Una importante iniciativa emprendida por la institución este año fue la creación e impulso de un mecanismo de coordinación para maximizar la seguridad y prevenir la ocurrencia de desastres ante la ocurrencia de siniestros y fenómenos naturales que afectan tanto a las empresas como la vida social, con el apoyo de las autoridades que representan los principales organismos de seguridad y socorro del país. Este esfuerzo derivó en el establecimiento de un plan de trabajo ante preparación, respuesta y recuperación frente a situaciones de emergencias y en la firma de un convenio PNUD-COE-AIRD.

La lista es larga, muy larga. Lo que se ha construido entre todos es bueno, pero puede y debe ser mejorado. Se requiere afirmar lo que se está haciendo bien, corregir aquellas deficiencias que todavía constituyen retrancas para el avance de la producción y, sobre todo, empujar juntos, Gobierno, academia, trabajadores, legisladores e industrias, la carreta que llevará a República Dominicana hacia la 4ta. Revolución Industrial.

Desafíos 2020
La AIRD ve con optimismo el desempeño económico en 2020 a la vez reconoce que existen grandes retos que, de ser afrontados y a tiempo, empujarían la economía a continuar con un desempeño favorable, como el sostenido en los últimos años.

Es importante que, en un año electoral, las elecciones municipales en febrero, las presidenciales y congresuales en mayo y una eventual segunda vuelta en junio, transcurran con apego total a la ley y en un ambiente que en todo momento se genere confianza en la economía. Es un reto mantener bajo control el déficit fiscal, haciendo un uso racional de los gastos, sobre todo corrientes.

El próximo Gobierno tendrá que abordar los temas pendientes de la Estrategia Nacional de Desarrollo, como lo son el Pacto Eléctrico y el Pacto Fiscal.

La AIRD espera que la dinámica política no altere la dinámica de búsqueda de consenso. Se trata de enfocarse en los problemas fundamentales del país y en una visión de desarrollo, no en discusiones derivadas de coyunturas políticas, que alejan al país de las metas y que, más bien, contribuyen a crear un ambiente de incertidumbre.

Para lograr los objetivos de la política industrial se requiere que poder establecer una agenda común, una visión en conjunto, diálogo y alianzas con el sector público. En ese sentido, la AIRD también espera que los resultados de ese proceso permanente de diálogo –tanto los de 2019 como los que puedan surgir en 2020- se conviertan en logros, realizaciones.

Una forma de impulsar la 4ta. Revolución Industrial, por parte del Gobierno, es a través de una estrategia integral que se enfoque en alinear varias políticas en pro de un mismo resultado. Dirigir las políticas de educación y de innovación con el fin de contar con el talento humano preparado para enfrentar los retos que trae la industria 4.0; diseñar una política ambiental que apoye el desarrollo de forma sostenible, establecer una política de comercio e industria que permita aprovechar los mecanismos de integración regional y de comercio vigentes; así como propiciar una infraestructura física idónea en materia de energía, comunicación vial y conectividad digital, al nivel de los países desarrollados.

Es el camino para lograr un desarrollo económico duradero, pasando a ser actores activos en la industria 4.0, y dejando de ser solo receptores de los países industrializados.

La AIRD espera seguir avanzando en cinco ejes centrales: La colaboración entre los sectores público y privado y sobre todo entre la academia y la industria; el fomento de la digitalización en las empresas; la asignación de fondos significativos para incentivar la investigación, desarrollo e innovación; la promoción de una cultura colaborativa y de calidad en las empresas; y la creación de sólidas estructuras de gobernanza que garanticen el cumplimiento de objetivos.

Las políticas de desarrollo productivo son diseñadas e implementadas por los actores públicos en consenso con los actores privados. En ese sentido, la AIRD espera que los planes y programas de los candidatos a cargos electivos sobre el desarrollo industrial se enfoquen en facilitar que el sector pase a un nuevo nivel en nuestro país y fortalezca su rol de generador de empleos formales, bienestar en las comunidades, contribución al desarrollo sostenible.

En cuanto a la economía circular, espera la apertura de las instituciones estatales para ser parte de este proceso a favor de la industria y del medio ambiente, y –aunque no depende de esto- un marco regulatorio que facilite la inversión en esa dirección y el trabajo conjunto con otros sectores de la cadena.

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