CAF publica ‘Logística Urbana Sostenible y Segura’ que se basa en experiencias piloto en Brasil, Colombia, Ecuador y Argentina.
De entregas fallidas a devoluciones. Si fechas especiales como el día de las madres, Navidad, San Valentín, Black Friday o CyberMonday eran un desafío para la logística en ciudades congestionadas, la actual pandemia no ha hecho más que dificultar el panorama.
Y es que el movimiento de cargas en las ciudades ha ido en aumento. Comida, electrodomésticos, muebles, accesorios o vehículos, la tecnología y las nuevas tendencias de consumo no han hecho más que multiplicar los envíos a domicilio.
Si el transporte de mercancías en las ciudades es clave para las sociedades urbanas, a logística urbana es su “riego sanguíneo”. En Nueva York, una persona genera 45 kg de mercancías cada día; en Pekín, 35 kg; y en Bogotá, 32 kg. En Nueva York se producen además un millón de entregas y recogidas cada día asociados al e-commerce, sobre un total de 2,2 millones de operaciones diarias de carga.
En América Latina y el Caribe la proporción de población urbana es del 80%. Además, el e-commerce en la región va en aumento, aunque lento y de forma dispar entre los distintos países. Según datos de VISA, Brasil generó en 2016 el 42% del e-commerce de la región. Le siguen México, con un 17%, Argentina, con un 12%, Chile con un 9%, Colombia con un 6% y el resto de los países con un 14%.
Sin embargo, la logística aún tiene una presencia incipiente en el debate público en las ciudades y áreas metropolitanas. La logística urbana es una actividad en la que ciertas innovaciones tecnológicas que inciden en ella, como el comercio electrónico, contrastan con un cierto arcaísmo social dentro del sector. Un arcaísmo que es “endémico en el transporte de cargas en general, debido a las bajas barreras de entrada en el mercado y que se agrava en las zonas urbanas”, según se lee en Logística Urbana Sostenible y Segura (LOGUS), una nueva publicación de CAF (Banco de Desarrollo de América Latina)
“La COVID-19 abre una invaluable oportunidad para abordar con más atención la logística urbana, que aún es un debate pendiente en las agendas políticas. Hasta ahora el sistema de carga se ha presentado muy flexible, adaptándose continuamente a las necesidades de las empresas y de los consumidores, pero se requiere replantear los logros en eficiencia del sector a costa de condiciones económicas y laborales precarias, de externalidades ambientales, del desacato normativo o del abuso de la economía informal”, aseguró el coordinador de LOGUS, Andrés Alcalá.
En la mayoría de los países de América Latina, la logística urbana se enfrenta a retos específicos. El crecimiento acelerado de sus ciudades con planificación insuficiente, ciudades con un casco antiguo y un centro urbano denso, zonas industriales y comerciales incrustadas en zonas residenciales, la informalidad en el sector del transporte, así como la inseguridad son algunos de las principales problemáticas.
La estrategia CAF-LOGUS busca mejorar la calidad de vida en ciudades de América Latina mediante las experiencias piloto aplicadas en seis ciudades de la región: Fortaleza (Brasil), Cali (Colombia), Quito y Guayaquil (Ecuador) Rosario y Córdoba(Argentina), y ofrece una serie de herramientas flexibles y adaptables, así como instrumentos de conocimiento, diagnóstico y aplicación que pretenden contribuir al proceso de mejora necesario en el desarrollo de la logística urbana sostenible.
La publicación también contiene una Guía de Políticas Públicas en temas de logística urbana que ofrece a técnicos y decisores de las administraciones locales un conocimiento objetivo de las principales tendencias internacionales en políticas públicas sobre logística urbana. Esta guía cuenta con 24 fichas de políticas en las que se citan al menos 76 ejemplos ilustrativos de buenas prácticas, de los cuales un poco más del 50% corresponde a casos de Europa, un 37% a casos de América Latina, el resto a Estados Unidos y Asia.
La guía contiene buenas prácticas de ciudades como Bogotá, Cali, Ciudad de México, Ciudad de Panamá, Fortaleza, Lima, Montevideo, Rosario, Valparaíso, entre otros, que se pueden replicar a otras de América Latina.